Como anunciábamos durante la campaña electoral, la existencia de
un déficit mayor al esperado iba a ser la excusa para armar el primer paquete
de medidas antiobreras y antipopulares del nuevo gobierno de la burguesía. El
gobierno del PP, siguiendo este guión a pies juntillas, desde el primer momento
está jugando el papel asignado a un gobierno de refresco con la tarea de
continuar desarrollando y acelerar lo hecho por el anterior gobierno. La
continuidad en las políticas de ajuste impuestas por la Unión Europea y el
Fondo Monetario Internacional es la única guía de actuación posible para todos
los gobiernos que actúen dentro de este marco económico e institucional.
La gravedad de la crisis estructural del capitalismo les lleva a
adoptar estas medidas. Para defender sus intereses y tratar de sobrevivir a la
metástasis que corroe al sistema, la oligarquía utiliza su poder para hacer
pagar su crisis a la clase obrera y a
los sectores populares. El cambio, prometido por el PP en su campaña electoral,
se esfuma en una semana. Quienes, en una situación de paro y miseria, quisieron
creerse ese cuento deben sacar conclusiones.
Las medidas, adoptadas el pasado viernes, expresan con claridad
que el gobierno no tiene ninguna esperanza en la posibilidad de reactivar la
economía del país. Y por ello confía todos los ingresos futuros a una política tributaria orientada en
exclusiva sobre la población asalariada y sobre la fiscalidad de la vivienda
(congelación de sueldos a la función pública, subida del IRPF y subida del
IBI). Al tiempo el incremento de las pensiones es un ejercicio de cinismo, pues
frente a un 2,4% que correspondía, el gobierno sube el 1% para aparentar que no
las congelan, pura demagogia. No existe ninguna medida que imponga a las
grandes fortunas y a los grandes beneficios empresariales una contribución al
objetivo del déficit, se sigue la línea de actuación del anterior gobierno
Zapatero, y del dictado de la UE, que colocan como objetivo central el abaratamiento del precio de la fuerza de trabajo.
Nuevos recortes en prestaciones sociales, ataque a los derechos laborales
y subida de impuestos para los que tienen una nómina, dibujan un cuadro incompleto que se terminará de pintar, tras
las elecciones andaluzas, y en el que
mediante nuevos decretos ley y/o a través de la ley de acompañamiento de
los presupuestos, se completará la primera parte del ataque contra nuestros
derechos y bases materiales mínimas de supervivencia. Subida del IVA, aumento
de todos los impuestos indirectos –en
especial de los combustibles-, bajada de
salarios a los empleados públicos, despido gratuito, privatización generalizada
de servicios e instalaciones sanitarias, educativas, culturales, deportivas…
con la consecuente eliminación de su prestación universal y gratuita,
eliminación de la negociación colectiva, despido gratuito… son algunas de las
nuevas medidas que seguro adoptarán y
frente a las que, desde ya, debemos empezar a armar nuestra respuesta.
Cuando los sindicatos –mayoritarios o no-, por multitud de
factores que ya hemos ido analizando a lo largo de estos años, siguen sumidos
en la incapacidad de darle una oportunidad a la organización de la respuesta
combativa de la clase obrera, y los
partidos reformistas siguen mintiendo
con su idealista e imposible llamado a resolver el problema dentro del
sistema buscando una salida social a la crisis, no hay otro camino que avanzar
en la articulación de una contundente respuesta obrera y popular que, con el
objetivo de la Huelga General, sitúe
a la mayoría social de este país en la defensa de absolutamente todos sus
derechos.
Denunciamos el carácter pernicioso y mentiroso de la táctica de
ceder un poco para no perder más. Esa práctica, que es la base del pacto
social, nos ha llevado a esta lamentable situación en la que hay más de 5.000.000 de
trabajadores/as en paro, con más de 1.500.000 de
familias con todos sus miembros sin trabajo, que conocen en sus propias carnes
que no es posible esperar nada positivo de este sistema. Ya no hay margen
alguno para el acuerdo entre sindicatos y patronal/gobierno. Por encima de
siglas sindicales, los trabajadores y trabajadoras que estamos sufriendo las
bajadas de sueldo, el paro y el chantaje permanente de los empresarios debemos unirnos en Comités para la Unidad Obrera, superando el fraccionamiento
sindical y levantando un futuro de unidad y lucha que nos dignifique y sirva de
ejemplo a las próximas generaciones. Recuperar la solidaridad de clase y que
sepan que si tocan a alguien, tocan a
toda la clase obrera, es el único lenguaje que entiende una patronal
crecida y dispuesta a todo para tratar
de sobrevivir.
Luchar por nuestros derechos pasa, además de por hace frente a
todas estas medidas -presentes y futuras- del gobierno del PP, por
exigir la salida inmediata de la Unión Europea, del Euro y de la OTAN.
Todos ellos (PP, PSOE, IU, dirigentes sindicales reformistas, patronal, la
banca…) quieren más UE y un € más fuerte, digámosle alto y fuerte que nosotros
no, que sabemos que fuera de ahí sí hay futuro y que estamos dispuestos/as a
conquistarlo.
No hay futuro en el capitalismo para la mayoría social que trabaja
y produce la riqueza; por ello es necesario armar las conciencias del pueblo en
la necesidad de un cambio de época que, situando a la clase obrera en el poder,
nos permita avanzar hacia el Socialismo y el Comunismo.
¡LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO!