Zapata es el proyecto personal de Emiliano
Domínguez. Y Emiliano Domínguez es, nada más y nada menos, que el hijo de José
Domínguez, El Cabrero.
El
primero que me habló de Zapata fue el poeta extremeño Eladio Méndez. Fue una
madrugada del pasado verano. Nos encontrábamos en la Peña del Cante Jondo de
Moguer, con motivo del encuentro poético Voces del Extremo que organiza en su
pueblo el poeta Antonio Orihuela y la Fundación Zenobria Juan Ramón.
-Tienes
que oírlo, es buenísimo, -me dijo Eladio con esa pasión que le pone a todas las
cosas que merecen la pena.
Cuando
volví a casa, me puse manos a la obra y busqué en internet algún vídeo suyo. Y
me di cuenta rápidamente de que Eladio no había exagerado ni un miligramo. Lo
que estaba viendo y escuchando en mi ordenador me encantó. Aquella música,
aquel artista, aquellos poemas musicados merecían la pena.
Como me
ocurre siempre que me quedo colgado con un disco o con un libro, me puse manos
a la obra para saber más sobre su autor y para conseguir su material. Y esto,
amigas y amigos, es lo que descubrí.
Zapata
es el proyecto personal de Emiliano Domínguez.
Y Emiliano Domínguez es, nada
más y nada menos, que el hijo de José Domínguez, El Cabrero. Y El Cabrero es, con toda seguridad el cantaor de
flamenco más comprometido, libertario, honesto y auténtico que ha dado este
arte en toda su historia. Así que, con estas credenciales, la cosa pintaba
bastante bien. Y es que si uno es el hijo de ese padre, si uno ha mamado de esa
fuerza de la naturaleza, de ese lirismo combatiente y de esa poesía de la
libertad y del compromiso, pues qué queréis que os diga, que a la fuerza tiene
que acabar saliendo eso por algún sitio. ¿O no?
Y sin
embargo, no sería justo quedarnos sólo en la anécdota familiar. Porque Zapata
tiene vida por sí mismo, como viene demostrando en cada uno de sus conciertos y
en el único disco que ha grabado hasta la fecha, el magnífico Poesía en resistencia.
Poesía
en resistencia fue
publicado en el año 2012 por Atípicos Utópicos, el sello que se encarga también
de publicar los trabajos discográficos de El
Cabrero. Entre los diez temas que componen el disco, en mayor o menor
medida, hay rock, hay canción de autor, hay folk, hay reggae, hay flamenco, hay
músicas étnicas, y sobre todo hay pasión y calidad. Todas las músicas fueron
compuestas por Emiliano Domínguez, que se encargó también de los arreglos, de
tocar los teclados, los pianos, la percusión y la guitarra; la batería la tocó
José Mena y el bajo, Manolo Nieto. Y luego están las colaboraciones de lujo,
porque en este disco hay muchas y muy buenas colaboraciones.
Empezando por el
gran Juanjo Pizarro, uno de los mejores guitarristas de este país, como ya
demostró en su etapa como Mercenario en aquel mítico grupo sevillano Dogo y los
Mercenarios, o en los mismísimos Pata Negra, junto a Raimundo y Rafael Amador.
Pizarro tomó el control de la grabación y se encargó de la producción y metió
algunos solos magistrales en varios temas. Además entre los surcos de este
disco se pueden rastrear las huellas de gente importante, como Fernando Madina,
cantante del grupo sevillano Reincidentes; Kutxi Romero, Ignacio Astarida, El Pechuga, Andrés Herrera, El Pájaro y el violinista Alexis Lefebvre. Como
digo, colaboraciones de lujo que ponen el listón muy, muy alto.
Y luego
están las letras. ¿Qué se puede decir si las palabras de un disco son en su
origen poemas escritos por autores de la talla de Antonio Machado, Luis
Cernuda, Mario Benedetti, Rafael Alberti y Miguel Hernández? Pues que uno está
apostando a caballo ganador. Así de claro. Diez poemas de estos cinco grandes
de la poesía castellana. Poesía del compromiso, poesía militante, poesía del
ser humano. ¿Se puede pedir más?
Para
acabar, sólo decir que estamos deseando que a Poesía
en resistencia le siga el
segundo disco, y sobre todo, estamos deseando tener la oportunidad de ver a
Zapata encima de un escenario, regalándonos toda esa energía, toda esa rabia,
toda esa poesía que lleva en su herencia genética. A ver si hay suerte, y se
cumple nuestro deseo bien pronto.
Rafael Calero Palma