Jeringuillas en los parques, jóvenes chupados hasta los huesos
vagando como zombies... esa fue la estampa de cualquier barrio obrero en los
años 80. Fue una época de grandes conflictos sociales y a la clase dominante le
interesaba amansar a la juventud.
Para mantener una posición en
el tema de las drogas es necesario hacer un análisis general del impacto que
tiene, no ya en la propia persona, que también, sino en el conjunto de la
sociedad, respondiendo a estas preguntas: ¿Quién introduce la droga y a quién
le interesa? ¿Tiene efectos positivos para la juventud como futuro de la
sociedad?
El consumo de multitud de drogas entre la juventud ha sido y es uno de los grandes problemasa
los que se enfrenta amplios sectores juveniles en nuestro país. ¿Por qué? La
respuesta no es sencilla y en ella se cruzan elementos complejos, pero podemos
afirmar sin riesgo a equivocarnos que es una clara consecuencia del
descontento e insatisfacción provocado
por los modelos de vida y ocio que impone el capitalismo, convirtiéndose en una
falsa salida y distracción para miles de jóvenes.
Es
común cuando se debate la cuestión del consumo de drogas basarse con consignas
simplistas de "legalización sí o legalización no", "las drogas
han sido utilizadas por culturas y pueblos desde hace miles de años",
"las drogas pueden tener utilidades médicas", "hay drogas buenas
y malas" o "te hacen vivir experiencias únicas". ¿Es correcto
enfocar el debate de esta manera?
Si partimos de estas premisas lo haremos de manera parcial y del
consumo individual, pero no analizaremos el problema de
la drogadicción enmarcado de manera colectiva y general, que es
lo verdaderamente importante. Es decir, nuestro punto de partida para analizar
el consumo de sustancias estupefacientes es el de su uso social en el sistema y de qué magnitud alcanza su consumo
con el desarrollo de la formación social del capitalismo sin paragón en la
historia, no la droga en sí.
De manera indirecta se suele transmitir que el
consumo de drogas es símbolo de rebeldía, situando esto como un
valor de la juventud. Igualmente, las drogas se venden como forma de alcanzar
satisfacciones individuales o grupales. Tampoco es secreto que existen multitud de vínculos entre
grandes traficantes con funcionarios o miembros de las fuerzas policiales,
así como con las propias farmacéuticas.
Sin embargo, desde las administraciones del Estado se suelen
lanzar campañas contra el consumo de drogas y redadas policiales contra el
narcotráfico, las cuales muchas veces se centran en el eslabón más
débil o en los propios consumidores. A la par, se despliega toda una
criminalización de los consumidores y una relación entre consumo y
delincuencia.
Se da así una aparente contradicción entre lo oficial y lo
extraoficial. Pero la realidad es que miles de jóvenes,
especialmente en barrios populares, tienen en el consumo abusivo de drogas su
salida diaria. La
droga se convierte en una poderosa arma alienante, que aleja a la juventud de
las soluciones de sus problemas, insertando de manera dramática valores como el
individualismo, conformismo y pasividad, sin entrar a valorar los graves daños
que acaban causando a la salud. Por tanto, la droga acaba teniendo un
gratificante uso social para el sistema y como, por tanto, el interés real del
Estado es mantener el consumo generalizado pese a que deba lanzar campañas de maquillaje
que edulcoren su verdadero papel.
Lecciones
de nuestra historia: "mejor drogados que organizados"
Es probable que si eres joven y naciste en la década de los 80
en una barriada popular, recuerdeslas tristes imágenes de los
drogodependientes marcados por la heroína o el jugar en el parque y encontrarte
numerosas jeringuillas. Hoy
la droga sigue presente y extendida, pero la magnitud y la alarma social creada
en esa década tiene una enorme significación ¿Por qué?
Los años 80 se abrían con un enorme ciclo de movilización
popular, intensas huelgas obreras y estudiantiles y, en
general, con un poderoso caldo de cultivo de lucha y organización surgido en la
resistencia contra el franquismo. A este panorama se tuvo que enfrentar el
novedoso Gobierno del PSOE, que sin embargo no tuvo problema en aplicar las
recetas clásicas: fomentar la desmovilización a través de la represión, el terrorismo de Estado,
grandes campañas de alienación desde los monopolios informativos y, por qué no, introduciendo de manera
masiva el consumo de drogas entre enormes sectores de la juventud.
Fue una década dura. La aparición del VIH-SIDA, tuberculosis y otras
enfermedades infecciosas, junto con las graves secuelas de la
heroína y otras drogas, marco a una cantidad importante de jóvenes, muchos de
los cuales se quedaron en el camino. El resultado fue la desarticulación de un gran
potencial de lucha, el aumento de la delincuencia, la mendicidad y la
masificación de las cárceles como
la de Carabanchel, que se convirtieron en verdaderos microcosmos donde bajo
unas condiciones de hacinamiento se podía mostrar con claridad las
consecuencias de la drogadicción.
El caso de Euskal Herria es quizás el más llamativo y donde más
se dejó notar el uso social de la droga. Bajo la excusa de la lucha contra el
terrorismo se desarrolló el
famoso Plan ZEN o Zona Especial Norte, que buscaba el fin de la
conflictividad social y política. Son los tristes episodios del terrorismo de
Estado y de la creciente represión y presencia policial, pero también de otros
ataques menos conocidos e igualmente dañinos como la introducción y
popularización del consumo de heroína.
Se puede seguir el rastro de estos hechos con las
investigaciones en torno al secreto y desaparecidoInforme Navajas1 , realizado por el jefe de la
Audiencia Provincial de Guipúzcoa, Luis Navajas, en 1989. Este informe relacionaba a importantes
narcotraficantes con miembros de la Guardia Civil del cuartel de Intxaurrondo,
del que fue coronel el conocido torturador y asesino Galindo. Con este caso, y
otros tantos que no están destapados, se deja claro cómo se inundó de droga
toda España, y muy especialmente Euskal Herría, con total impunidad y
facilidad. Sin duda, la
heroína era una poderosa aliada para el Estado, además de una
actividad enormemente lucrativa. La jugada traía dos beneficios en uno: a la
par que se anulaba y desarticulaba a miles de jóvenes, los beneficios económicos se
multiplicaban para
traficantes y colaboradores en la administración.
Pero no solo fue la heroína. Otras drogas tuvieron un fuerte
impacto. El alcohol, una de las más extendidas, ha sido y
es una de las más problemáticas, alienantes y que mayores muertes causa. No es
casual que allí donde existe una mayor presencia de movimiento obrero
organizado haya una mayor tasa de alcoholismo. Si el País Vasco lo era en
heroína, el caso de las cuencas mineras
asturianas es
quizá el más paradigmático en cuanto a la problemática del alcohol 2 ¿Es
mera casualidad? Obviamente no.
A veces, en artículos breves de temas tan complejos, se tiende a
caer en el reduccionismo. El lector ha de tener en consideración esto y desde
luego asumir que deben realizarse más análisis y matizaciones, simplemente se
ha querido dar una visión general y breve de esta problemática. Por ejemplo,
pudiera desprenderse de la lectura de este artículo que la represión y
drogadicción fueron los únicos motivos de la desmovilización, escapándose otras
causas igual o de mayor importancia.
En ese sentido no podemos dejar de
mencionar la pérdida definitiva, con sus enormes consecuencias, que tuvo que
afrontar las juventud con la liquidación absoluta de la
sigla histórica de los comunistas, el PCE, que acabó con el referente de lucha
principal para la clase obrera en general.
Es importante profundizar en los análisis sobre el consumo de
drogas y su uso social en el capitalismo, no solo en su vertiente histórica
sino en su permanente actualidad. En definitiva,combatir sin descanso las bases
materiales que provocan que miles de jóvenes recurran al consumo generalizado
de drogas, verdadero quid de la cuestión.
Notas:
[1] El 'informe Navajas' sobre
supuesta corrupción de guardias civiles de Intxaurrondo, nunca fue investigado
por los jueces, "El País", 21-05-1995
[2] Mortalidad en las cuencas
Mineras de Asturias,1987-2003