Mariano Rajoy lanza su precampaña electoral al grito de: ¡Hemos
salido de la crisis!
Utiliza como pretexto las condiciones de trabajo en que ha quedado la clase
obrera tras sus cuatro años de gobierno. Precariedad, temporalidad, bajos
salarios, despido más barato, etc. La patronal, en muchos sectores, con lo que
antes pagaba un puesto de trabajo ahora dispone de dos y, además, con todas las
facilidades para su despido casi gratuito y con cualquier pretexto.
En esas condiciones las grandes empresas consiguen mejorar su cuenta de
resultados. ¡Hemos salido de la crisis!
Ese cincuenta por ciento de la juventud que está en paro,
a pesar de buscar trabajo durante años, mira con indignación al inquilino de la
Moncloa. Y así la gran mayoría obrera y popular.
La realidad es tozuda. El INE constata que la población activa del país es
inferior a la que tenía España en 2008, y aún así el PIB se mantiene con una
leve tendencia al alza. Conclusión: en un escenario dedepreciación
continuada de los salarios se produce un aumento la productividad.
Productividad que rapiña el capital para conseguir una cierta mejora en su
proceso de acumulación.
¿Y la clase obrera?
La clase obrera, la juventud, y quienes viven de una pensión, no
han salido de la crisis. Son los monopolios y el capital financiero quienes
tienen que dar las gracias al gobierno de Rajoy. Trabajadoras, trabajadores y
sectores populares nada tenemos que agradecer a quien ha
desarrollado un proyecto político a favor exclusivo de los intereses de la
dictadura del capital.
Syriza es el ejemplo de lo que representan en España las distintas variantes del
reformismo: IU-PODEMOS. Muchas promesas y palabras altisonantes para, llegado
el
momento, arrodillarse con cortesía versallesca ante el dictado de los
grandes monopolios, de la UE y de la OTAN
En estas elecciones la clase obrera se vuelve a enfrentar al dilema de
elegir entre el cinismo ilimitado de los explotadores, los cantos de sirena de
la socialdemocracia, o la propuesta revolucionaria de lucha y emancipación
hacia la construcción del socialismo y el comunismo que hace el Partido
Comunista.
La clase obrera debe negar el voto a quienes desarrollan proyectos
políticos que le someten a condiciones míseras de vida y a quienes engañan con
ilusorias promesas de gestionar un capitalismo de rostro humano, que es
imposible.
La clase obrera solo puede emanciparse recorriendo su propio
camino de lucha revolucionaria. Apoyando la propuesta política
del PCPE.
NUESTRA UNIDAD ES LA DE LA CLASE OBRERA
La unidad de España que hoy pregona insistentemente el PP,
y a la que hacen coro los distintos partidos políticos sistémicos, es la unidad
de los explotadores. Nada que tenga que ver con los intereses de la clase
obrera.
La vieja y rancia oligarquía española, represora de las aspiraciones de los
pueblos y negadora del derecho de autodeterminación, se levanta airada frente a
la estrategia de los sectores de la pequeña y mediana burguesía catalana que
quieren tomar su propio camino dentro del sistema de explotación y acumulación
capitalista. Convergencia Democrática de Catalunya ha sido un
soporte fundamental de las estrategias de reconversión del capitalismo español,
de la opresión de los pueblos y naciones, y de la explotación de la clase
obrera. En estos años, desde el final de la dictadura anterior, CDC ha
sido una fuerza política fundamental para apuntalar la dictadura del capital en
España, apoyando todo tipo de leyes reaccionarias contra la clase obrera y
contra las libertades en todo el Estado.
La clase obrera catalana nada tiene en común con esa
caterva de parásitos, explotadores y criminales, que la han sometido a una
implacable explotación, a unas condiciones de vida de mayor miseria cada día, y
que han ejercido todo tipo de violencia contra quienes han luchado
valientemente por sus derechos.
Cuando se produce este conflicto interno dentro del bloque de las clases
dominantes, las formaciones oportunistas -siempre incapaces de asumir de forma
consecuente los intereses genuinos de la clase obrera-, con uno u otro
discurso, se terminan colocando detrás de la estrategia del sector de la
burguesía catalana que encabeza Artur Mas. Sector que hoy
desarrolla una estrategia política cuya finalidad no es otra que la de dar
continuidad a su férrea dictadura sobre la clase obrera, en
unas condiciones que le parecen más ventajosas para sus intereses.
En cualquier batalla política, que expresa siempre un escenario de lucha de
clases, el Partido Comunista interviene situando como elemento
central de su posicionamiento los intereses de la clase obrera. Y,
en este caso concreto, haciendo un llamamiento a la solidaridad de
toda la clase obrera del Estado con el pueblo catalán y con sus aspiraciones
nacionales y de emancipación social. Al tiempo el PCPE, como Partido que lucha
por la revolución socialista en el Estado Español, llama a la clase obrera de
Catalunya a elegir su propio camino sin someterse a las
maniobras y engaños de su burguesía, y a no combatir bajo pabellón
ajeno.
No hay ningún camino para la clase obrera en la rancia unidad española de
los explotadores, y tampoco lo hay en la pretendida soberanía de una
recomposición capitalista bajo la bandera del nacionalismo
pequeño-burgués.
Cuando nuestro enemigo de clase se enfrenta a dificultades internas, que
debilitan sus fuerzas, es el momento en que la clase obrera debe forjar su
unidad interna para organizar el contraataque y fortalecer sus
posiciones revolucionarias.
La oligarquía española, con una intensa y continuada campaña
propagandística, trata hoy de armar los consensos sociales que le permitan dar
una salida represiva a sus dificultades en Catalunya, sin pagar por ello un
alto precio político.
El PCPE movilizará todas sus fuerzas frente a cualquier
intento de ejercicio represivo contra las aspiraciones nacionales del pueblo de
Catalunya.
El PCPE responderá a las agresiones que, el Gobierno del
PP y sus comparsas, puedan protagonizar en esta situación, llamando a la clase
obrera y a los sectores populares, de Catalunya y de todo el Estado, a la desobediencia
y a la confrontación.
La clase obrera tiene, aquí, una nueva oportunidad para dejar en evidencia
el carácter antidemocrático y violento de la burguesía, la de España y la de
Catalunya. Por ello, en la situación actual, la clase obrera debe unir todas
las fuerzas para fortalecer sus posiciones clasistas, y golpear de
forma concertada con el fin de debilitar las estructuras que sustentan a las
clases dominantes, aprovechando la actual crisis en la cúspide por
la que pasa el capitalismo español para hacer avanzar las posiciones de lucha
por el poder obrero y el socialismo-comunismo.