Hasta mediados de
2015, las llamas se han llevado por delante 65.912 hectáreas: es un 60% más de
lo que había ardido el año pasado y un 135% más que en 2013. De hecho, la
superficie calcinada en 2015 es más grande que todo lo que ardió tanto en 2014
como en 2013.
Un trabajo desarrollado por investigadores del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC) muestra que el 96% de los incendios
forestales en España se produce como consecuencia directa o indirecta de la
actividad humana, mientras que sólo el 4% restante se ocasiona por causas naturales (rayos durante las tormentas
eléctricas).
Las consecuencias de estos incendios, se alargan durante décadas
(dependiendo de la especies de los bosques, pueden tardar hasta 30 ó 50 años en
recuperarse). A pesar de que el propio Ministerio estima que más de la mitad de
los siniestros pueden tener una causa intencionada, sólo se investiga un 30% de estos. Y de ese grupo, se esclarece
un tercio.
La antigua Ley de Montes de 2003 prohibía recalificar y por lo
tanto construir suelos forestales quemados en 30 años, pero el gobierno del PP
(con apoyo de UPyD y UPN) en este mismo mes de julio modificó dicha ley,
pudiéndose construir sin tener que esperar en todo suelo quemado.España tiene 28 millones de hectáreas de suelo forestal,
lo que supone nada menos que un 54% del suelo de todo el país, negocio redondo.
Otro punto importante de la modificación de esta ley es la que limita las competencias de los agentes forestales (con cada vez menos derechos laborales
e inmersos en un conflicto laboral por unas condiciones de empleo dignas) a la
hora de denunciar los delitos contra el medio ambiente, es decir, ahora será
mucho más difícil identificar a los pirómanos.
Las BRIF, que prestan el apoyo en la extinción de incendios,
no se rinden y mantienen una huelga indefinida desde hace 32 días en demanda de
derechos laborales.
Las
negociaciones laborales entre la empresa pública Tragsa y representantes de las
Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) siguen "en punto
muerto y sin ningún tipo de acuerdo", según han informado los portavoces
de las BRIF.
La reunión mantenida a lo largo del lunes de la semana pasada
con representantes de Tragsa ha concluido "con posturas completamente
distantes", han señalado desde las BRIF, añadiendo que el reconocimiento
de su categoría profesional como bomberos forestales es el punto en el que
están más alejados, ya que Tragsa quiere denominarles "brigadistas".
Las y los 545 efectivos de las BRIF han rechazado la
denominación de "brigadistas" que les daba Tragsa en la propuesta de
negociación que les remitió el pasado jueves, ya que alegan que "no existe categoría profesional como tal, al contrario que como bomberos
forestales".
Alejados también están en la subida salarial, donde las BRIF
exigen un 30% de subida (en los 800-900 euros que
ganan) frente al 10% que ofrece Tragsa.
(Inf. tintaroja)