Han tardado en reaccionar. El fiasco de
Syriza y su entrega de la clase trabajadora griega al capital europeo les dejó
mudos y con los dodotis sucios durante una semana. Estaban noqueados. Su buque
insigna les había dejado con el culo al aire y con las expectativas de
crecimiento dentro del corral del parlamentarismo burgués alicaídas. Iban como
“el gallo de Morón, cacareando y sin plumas en la [peor] ocasión”.
Algunos de sus voceros hablaron incluso de cobardía y de traición a la voluntad popular expresada en el contundente NO del referéndum al día siguiente del mismo. Unos días después hubo quienes dentro de los Syrizos trataron de salvar algún mueble –que si no todos fueron como Tsipras, el otrora superhombre, que si la Plataforma de Izquierdas, que si la dignidad de Varoufakis, que si algunos ministros, que si la fracción de casi 40 parlamentarios Syrizos que votaron en contra de las nuevas medidas propuestas por el Primer Ministro, que si la mafia fascista alemana y de la Comisión, que si…tantas vergonzantes excusas tratando de taparse el trasero de sus vergüenzas,…-
En España, la cosa que había dejado en desbandada cobarde a los syrizos patrios, había de tener su respuesta desde los estados mayores de los “tsipritas”. Izquierda Unida habló de chantaje de los poderes económicos y alemanes y “los podemitas” (merecen una serie cómica televisiva) actuaron como gallinas descabezadas y borrachas: primero un silencioso hipo, luego el Mesías Pablito negando por tercera vez a Syriza antes de que cantara por primera vez el gallo (“España no es Grecia”, todo un mantra- hit parade) para acabar en el consabido “yo hubiera hecho lo mismo que Tsipras”…con mucha menos presión y menor “necesidad” de hacerlo.
Y el efecto griego se contagió a España
Cuando se ha vendido la escudería
europea Syriza como referencia del GÜE y del PIE (de los no españoles no hablo
porque, como saben ustedes, soy un analfabeto político, aunque sospecho que
estén aquejados del mal que en el pasado se llamó melancolía y hoy depresión),
en cuanto se gripa el motor del F-1 del campeón, todo el equipo se viene abajo
y la desorientación y la amargura se instala en el alma.
A la tribu podemita, cada vez con menos
seguidores e “ilusión”, el desastre syrizo le llueve sobre mojado. A su
evidencia de que son “la segunda transición” (Iglesias dixit) y no otra cosa,
le sucede el desgaste de carecer de propuestas reales a la situación de
sufrimiento de la clase trabajadora, haberse constituido en gobiernos locales
de signos y no de pan, ser el hazmerreir de un PP de Madrid capital que
consigue arrancar de ellos apoyos a sus mociones municipales contra la
revolución bolivariana, ser incapaces de sostener un mismo programa político
durante todo un mes, ciscarse en la democracia interna de manera sádica y
contumaz, demostrar un totalitarismo absoluto y plagado de insultos hacia otros
en su concepción de la “unidad popular”, pasar de la bajada del souflé a la
caída libre y, por último, que se dude del futuro profesional de su caudillo
como líder invicto yconveniente.
El ejemplo más patético de la decepción
podemita, que se expresa en los mismos panfletos digitales que lo elevaron a los
altares –Público, ElDiario e Infolibre- lo manifiesta un podemita arrepentido
como Anibal Malvar, para el que la culpa del hundimiento del proyecto podemita
es de “la sociedad”. Gran analista. Y cobra por ello.
Los IUditas, que habían detectado que el
tiburón estaba herido, pasaron a arponearlo de la manera más oportunista a
través del recurso a la misma moderna artillería que sus competidores
electorales, que no ideológicos, emplearon en su día contra ellos, con el fin
de sostener las estructuras profesionales de sus dirigentes y el cementerio
para elefantes de sus acríticas y pasivas bases.
Es cierto que la oposición de
“izquierda” interna al IUpodemismo dentro de los IUditas se desvinculó en su
momento de la traición de Syriza a la clase trabajadora griega y la criticó
abiertamente.
Pero esa crítica es incapaz, aunque
pretenda situarse en una posición “comunista”, de romper con el transfondo
cultural socialdemócrata desde el que se hace. Esos militantes “díscolos” con
la actuación de Syriza, pero no con la identificación desde el primer momento
de IU con su hermana griega, se han educado en la línea ideológica de un
eurocomunismo con el que el PCE e IU jamás rompieron en la práctica, más allá
de ciertos “distanciamientos” oportunistas en clave de supervivencia electoral,
una vez que el eurocomunismo estuvo a punto de acabar con la formación política
origen de la coalición. Syriza es eurocomunista como eurocomunista es IU. Y es
que el eurocomunismo es la adaptación del viejo reformismo de Bernstein a los
tiempos modernos. Parlamentarismo burgués, aceptación de las reglas del juego
de la democracia capitalista, ocupación temporal de espacios de gobierno, jamás
toma del Estado y del poder económico del capital, renuncia a la dictadura del
proletariado, del mismo modo en que la burguesía ejerce la suya y delimitación
del campo de actuación dentro de la legalidad impuesta previamente. Resultado:
tercer rescate griego.
“…hoy los hombres de gobierno son
impuestos por los bancos, por los grandes periódicos, por las asociaciones de
industriales; los partidos se han descompuesto en una multiplicidad de
camarillas personales. El Partido Comunista, que nace de las cenizas de los
partidos socialistas, repudia sus orígenes democráticos y parlamentarios” (“El
Partido Comunista”. “Antología”. Antonio Gramsci).
Sí, el mismo Antonio Gramsci escribió
estas líneas en la publicación “L´Ordine Nuovo” en 1920. Díganme si no les
parece actual. El mismo Gramsci al que la secta podemita y los eurocomunistas
antes y ahora han intentado convertir en un capón dentro del corral del
reformismo más espurio.
Pero los Syrizos reaccionaron y
embistieron a los enemigos históricos del reformismo, los comunistas.
Pero no nos llamaron tal cosa.
Prefirieron calificarnos de “izquierdistas”, como si ellos fueran Lenin
denunciando en nosotros una supuesta “enfermedad infantil”.
Veamos algunas de las formas en que se
concretó el ataque de los claudicantes y de quienes les justifican:
Tsipras, refiriéndose a la Plataforma de
Izquierdas de Syriza: «quieren los laureles de la pureza ideológica» . “La
pureza ideológica no existe en tiempos de crisis”. Atención a la semántica
empleada porque actúa como toque de corneta para toda la purrela ideológica
syriza española. Sólo una mínima selección de ejemplos.
Raimundo Viejo, líder podemita
barcelonés en referencia a la aceptación por Syriza de las condiciones de la
UE: “Pedimos disculpas a los marxistas de todo el mundo porque Grecia haya
rechazado cometer un suicidio ritual para el ava la causa. Ustedes han sufrido
desde sus sofás.”. Pretende ofender y tiene suerte de no ser calificado en los
términos personales tal y cómo merece este personaje cuya ausencia del “sofá”
es desconocida.
Antoni Domenech, G. Buster y Daniel
Raventos: “Están, primero, los habituales papagayos moralizantes y
consignistas: esos estupendos abajo-firmantes que, sin haber estudiado ni haber
siquiera pretendido nunca entender nada en concreto del caso, ya tenían de
antemano decidido, por ejemplo, y muchas veces contra todo argumento económico
racional, que nada que no fuera romper con el euro y volver al dracma ya (¡en
una economía abrumadoramente importadora!) era reformismo utópico y que Tsipras
era un “traidor” que sólo esperaba el momento adecuado para venderse a la
Troika. Éstos están exultantes: la del martes fue su gran noche. Y Tsipras, un
nuevo Pétain”. Y lo cuentan, en “Sin Permiso”, un medio no lejano al PSC y
con vínculos con la Fundación Eleanor Roosvelt.
Agencia Afni, vinculada a IU: “ ¿Syriza
llegó al poder “demasiado pronto”? Tener el poder nunca debería ser un
problema. Es el colmo. Es evidente que el votante medio de la coalición radical
no está por hacer la revolución, y que falta mucha concienciación, pero de ahí
a reconocer la impotencia de tus propuestas y mejor seguir en la oposición.. ¿O
era mejor renunciar al poder para seguir concienciando a la gente, y que cuando
se ganen las elecciones, sea para ir a por todas? Si eso fuera así, se acaba de
plasmar el discurso y la estrategia del KKE. Indecencia clásica del reformista
del sistema: intentar que confundamos gobierno con poder, de dónde se derivan
todas las justificaciones de las claudicaciones políticas. Sí, era mejor
acumular fuerzas como hace el KKE, a pesar de su deficiente políticas de
alianzas con los sectores de oposición interna a Syriza que podrían llegar a
enfrentarse con la misma.Sugiero a los lectores que lean el resto del artículo
titulado “Profunda reflexión sobre Syriza” porque su sesgo anticomunista es
notorio. Gente de IU, de los que van de no podemitas. ¡Olé!
Agencia Afni llega al colmo de su
indigencia moral en este párrafo:
“Los clásicos indican que en los
sistemas políticos burgueses las fuerzas transformadoras no pueden llegar al
poder. Están en inferioridad de condiciones en cuanto a medios, campaña
electoral y sistema electoral respecto a un bipartidismo neoliberal al que no
pueden dar el sorpasso. Y que si por “error” ganan, enseguida les cortan las
alas.
Interesante sería estudiar la
imposibilidad del PCI en Italia durante la Guerra Fría, con la Red Gladio, o el
golpe de estado a Allende. Por tanto, la única vía de alcanzar el poder es la
vía violenta, el único camino por el que se puede hacer la revolución contra la
ferocidad del capital. Sin embargo, de unos años a esta parte partidos de la
izquierda sudamericana ha logrado alzarse con el poder, y mantenerse, a pesar de
las presiones externas o internas. ¿Lo que se ha logrado en América Latina es
imposible que ocurra en Europa?
¿Debe primero la gente morirse de hambre
para dar ese paso? ¿No hay ningún atajo o término medio menos cruento?”
A ver figura, la obsesión del PCI por
llegar al gobierno le llevó a convertise en la ochettiana “cosa” que ha acabado
por ser centro derecha. En el PCI de Berlinguer ya cabía gente como Renzi. Los
partidos del socialismo del siglo XXI consiguieron, como toda socialdemocracia,
una temporal mejora de las condiciones de vida de los sectores populares que
tuvieron que ver, en su momento, con los altos precios del petróleo y con la
desviación de las inversiones financieras hacia Latinoamérica cuando la deuda USA
y de la UE no rentaban igual pero el milagro emergente se acabó. El caso es que
las clases trabajadoras de esos países no han conquistado ningún poder popular
real dentro del aparato económico y productivo. Porque de eso se trata, ¿o no?
La jugada es inteligente, aunque se le vea el cartón. Pretenden emular un
discurso ya ajeno al imaginario colectivo en el que había una derecha de la
revolución, una izquierda de la misma y un centro de ella que tiene la razón
histórica y la comprensión de la dialéctica inmanente de su lado. Sólo han
fallado en algunos pequeños detalles. No hay revolución. Ellos se han uncido al
carro de la involución que acepta “las cosas como son”.
Agencia Afni emplea similar discurso a
Slavoj Žižek cuando condena nuestro “falso radicalismo” que concentra en esta
frase:”lo que realmente importa es la abolición del capitalismo
liberal-parlamentario, todas las demás peleas son secundarias”. Qué fácil sería
acusarnos de tantas cosas ¿verdad? si no es porque es Syriza quien tiene que
explicar haber pactado con el capital europeo algo mucho peor que lo acordado
por dos gobiernos anteriores. La pelea que defiende el esotérico Žižek es una
mala puñalada por la espalda a la clase trabajadora. En el resto del su
artículo su cantinflismo,sus contradicciones arumentsles y sus ir y venir
justifican que se lea su juego de palabras -“la valentía dela desesperanza”-
como lo que es, una tomadura de pelo.
No señor Žižek y compañía. No es cierto
que Syriza haya demostrado nada respecto a la catadura real de la UE/Alemania.
Lo sabíamos todos los que no preferimos ignorar esa realidad en base a las
conveniencias nacionales de subvenciones del momento. Syriza sólo ha demostrado
que no tiene madera para romper las reglas del capital.
No formamos parte del mismo bloque
político unos y otros. Sus ataques a los “izquierdistas”, que en su fobia
materializan en los comunistas, se corresponden con un sector hoy muy débil
orgánicamente, con una corriente de pensamiento que aún debe reconstruirse,
aunque estamos en ello, con una visión del mundo muy difícil de manejar frente
a las “ilusiones” y sueños subjetivos y cotidianos de cada miembro de la clase
a la que realmente representan –aquello de la diferencia entre las necesidades
objetivas y subjetivas-del proletariado-, a los que los súbditos del sistema
consideran demasiado utópicos para optar por su programa político, político, no
electoral, por lo que inteligentemente optan entre las ofertas del supermercado
electoral del capital, perpetuando la dominación de clase con diferentes marcas
y una misma consecuencia: la continuidad del mismo sistema frente al que no se
quejan demasiado porque su crítica se agota en los políticos y en sus
instituciones.
Los comunistas no debemos negar nuestras
carencias. La autocrítica es parte de nuestra identidad. Hemos hecho un
correcto diagnóstico del “estado de la situación”, sabemos dónde queremos ir.
Hemos detectado, de nuevo con acierto, los cantos de sirena de la indignación,
del 15Mayismo, de la nueva socialdemocracia, disfrazada de mil formas (residuos
del eurocomunismo, populismo, ciudadanismo, antiglobalización cumbayá,
neofascismo camuflado,…) pero todavía no hemos sido capaces de reconstruir
nuestro relato, de conectar y sintetizar las demandas de nuestra clase que
pueden ser palanca revolucionaria…Y sin embargo…
Y sin embargo, ¿porqué la
socialdemocracia resucitada bajo nuevas formas tiene esa pulsión irreflenable
de descargar la frustración de haber mordido el polvo ante el capital en
nosotros?
No creo en una visión lineal ni
determinista de la historia. Sé de sus inflexiones y giros bajo los que operan
fuerzas y fenómenos reales.
También soy capaz de captar que bajo la
apariencia de una etapa de recuperación económica, que en lo político puede dar
lugar a la recuperación de la hegemonía política del relato de la crisis
capitalista por la derecha política representativa de una combinación de
turboliberalismo y “fascismo democrático” (autoritarismo legal y represivo de
los Estados capitalistas), la crisis sistémica no ha acabado sino que se
agudizará por su carácter múltiorgánico (crisis fiscal, de modelo de producción
y a la vez de demanda, de capacidad para absorber la mano de obra existente a
nivel mundial, energética, alimentaria, ecológica, moral, de civilización y sentido
de la existencia humana,…)
Y sin embargo, no dejo de preguntarme
porque esa obsesión de la “otra” socialdemocracia refundada, circunstancial e
inestable en buscar sus desahogos en la línea política comunista.
¿Será que han captado su propia limitación
y coyuntaralidad, el talón de Aquiles de no ser una opción autónoma y basada en
la fuerza subversiva de una clase a la que no han educado para serlo, que se
han tentado las ropas y han visto que no dan más de sí de lo que el capital
quiera de ellos como medio de entretenimiento?
¿Será que están perdidos respecto a su
identidad dependiendo de que se salga o no de esta crisis capitalista y que
ello les lleve a temer su desaparición en beneficio de los ex socialdemócratas
(Partidos Socialistas) o a sentir que podrían ser arrollados por opciones
revolucionarias si la crisis capitalista se agudizase?
¿Será que saben que podrían desaparecer
“como lágrimas en la lluvia?”
¿Será que nadie como los comunistas está
poniendo en evidencia que los reyes de la nueva socialdemocracia están
desnudos?
¿Será que sospechan que, ante tanta
mendacidad, bajo la apariencia de las aguas remansadas en la superficie, se
estén produciendo en las inferiores remolinos e insospechadas corrientes
subterráneas?
Esperen a Septiembre. Quizá haya
sorpresas.