Aunque Tsipras y Varoufakis hagan patéticos
esfuerzos por presentarlo como una “victoria”, lo cierto es que Syriza ha
fracasado en sus negociaciones con la UE y se ha visto obligada a ceder a las
exigencias de Alemania, la voz de la Troika, aceptando un acuerdo que, a cambio
de la prolongación de la financiación por otros cuatro meses, conlleva el que
tenga que acatar los planes de “reformas” y “ajustes” previstos en el rescate.
Ha cambio de ceder en todo lo exigido por el Eurogrupo,
Alexis Tsipras sólo ha ganado algo de tiempo. Cuatro meses. Esa es su
“victoria”. Una auténtica derrota y "bajada de pantalones" clamorosa
si tenemos en cuenta la diferencia entre lo prometido a los griegos durante su
campaña electoral y lo obtenido en las negociaciones con la Unión Europea y la
Troika. En su prepotencia, el ministro de las Finanzas alemán, Wolfgang
Schäuble, lo sintetizó mediante un comentario sarcástico: “El gobierno griego
ciertamente va a tener muchas dificultades en explicar a sus electores este
acuerdo”.
“El viernes dimos un paso decisivo, dejando atrás la
austeridad, los rescates y la troika. Hemos ganado la batalla, pero no la
guerra. Por delante nos aguardan muchas dificultades. Hicimos fracasar el plan
de las fuerzas conservadoras en Grecia y en el extranjero para asfixiar a
nuestro país”, afirmó Tsipras en su alocución de ayer al pueblo griego, en un
demagógico intento de venderles como positivo el acuerdo. Esta “victoria”
contra “el plan de las fuerzas conservadoras” se concreta en que Grecia deberá
proponer “reformas creíbles” para la UE y la Troika para poder tener acceso al
crédito, durante otros cuatro meses, del rescate actual. Ese con el que quería acabar.
Cuatro meses durante los que el Eurogrupo seguirá revisando y dando el visto
bueno a las propuestas y medidas griegas. Lo que ahora se denomina
eufemísticamente "las instituciones" y antes era la troika (BCE, FMI
y Comisión Europea), conservarán el control sobre la economía griega.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, anunció
en la noche del viernes la realidad de un durísimo acuerdo que obliga a Grecia
a dar marcha atrás con respecto a todas sus promesas electorales al respecto.
El gobierno de Syriza acepta una prórroga de cuatro meses del rescate, se
compromete a “concluir con éxito” el programa actual de reformas y presentar el
próximo lunes un listado de las más inmediatas a cumplimentar. El pacto no
contiene ninguna de las demandas griegas. Todo lo que quería Berlín está en el
comunicado final, según ha subrayó el ministro de Finanzas germano Schäuble.
Mediante este acuerdo, Grecia acepta el rescate actual,
que hasta ahora daba por muerto. Se compromete a “la finalización con éxito de
la revisión en base a las condiciones del actual programa” y a cambio obtiene
poca cosa: lo que los socios europeos estaban dispuestos a dar desde el
principio. Atenas, eso sí, se garantiza financiación para cuatro meses más y
podrá usar una partida de 1.900 millones procedente de los beneficios de las
operaciones de los bancos centrales con la deuda griega, y, finalmente, el
último tramo del rescate, que asciende a 1.800 millones. Esos fondos solo
llegarán si Grecia “completa con éxito las revisiones”, que realizarán la
Comisión, el FMI y el BCE, el trío anteriormente conocido como troika. El
gobierno de Tsipras se ve obligado a acceder a todas las exigencias, incluida
la supervisión de la troika, que cambiará sólo de nombre, y se compromete a no
tomar ni una sola “acción unilateral” que pueda hacer descarrilar la posición
fiscal y la estabilidad financiera, como pretendía Alemania.
El documento consensuado especifica que Grecia tiene
hasta la tarde del lunes para remitir una primera lista con las reformas que
piensa poner en marcha de forma inmediata, sobre la base del "actual
acuerdo en vigor", el Programa que ahora es prorrogado. El Eurogrupo hará
una primera evaluación de esa lista para ver "si es lo suficientemente
comprehensiva para ser el punto de partida para finalizar la revisión" del
programa". El presidente del Eurogrupo, Jerone Dijsselbloem, ha confirmado
que la ayuda financiera implica que Atenas desarrollará "un programa de
reformas más amplio". Grecia se compromete a hacer reformas, a no revertir
ninguna medida ni a cambiar los objetivos fiscales sin consultar antes con “las
instituciones”, la Troika, y acepta concluir, con todas sus condiciones
incluidas, el actual Programa de rescate.
La hoja de ruta del acuerdo especifica también que, además
de que el lunes 23 de febrero el gobierno de Grecia deberá presentar la lista
con las reformas con las que deben alcanzarse las metas del actual programa de
ayuda, al día siguiente “los acreedores”, o sea la Troika, la evaluarán. Sólo
si éstos se muestran conformes se prolongará el programa de ayuda será
prolongado hasta el 30 de junio. En países como Alemania también deberá ser
aprobado por el Parlamento. Será en abril el gobierno griego deberá presentar
el proyecto final de sus planes de reforma, que igualmente la troika deberá
aprobar para que continúe el flujo de crédito financiero.
Uno de los párrafos del comunicado deja claro en que
consite la “victoria” que vende Syriza y Alexis Tsipras a sus conciudadanos:
"Grecia acepta su compromiso inequívoco para hacer frente a sus
obligaciones financieras con todos sus acreedores y en los plazos
fijados". Así como a "garantizar el superávit primario
apropiado". Si queríais un ejemplo indiscutible de los que significa la
frase "bajarse los pantalones”, aquí la tenéis.
Este acuerdo constituye una innegable derrota para
Syriza, pero no sólo para ella, también para todo el neoreformismo, que ponía y
tenía a Syriza como ejemplo. De ahí su silencio al respecto. Este acuerdo es
una bofetada en toda regla del Sistema en la cara de todos aquellos que
sostienen que bajo el capitalismo, y a través de sus estados y sus
"democracias", las clases populares pueden lograr sus objetivos. Los
del “¡si se puede!”.
La otra Andalucía