Esta
nueva edición de la Marcha a Rota viene marcada por la guerra y violencia que
el imperialismo, tanto el estadounidense como el europeo y sus aliados como el
ente sionista de Israel, Arabia Saudí y otros, ha desatado por todo el planeta.
Países enteros son devastados y sus poblaciones, los que no mueren víctimas de
modernísimas armas, tienen que emprender un largo éxodo hacia lugares más
seguros y donde poder vivir.
Pero se da la particularidad que son precisamente
estos países desde donde parten los ataques que sufren. Países que, en un
alarde de hipocresía, se reclaman democráticos y civilizados y, en la práctica,
cierran sus fronteras ferozmente y dejan que miles de seres humanos perezcan
ahogados en mares que ya se han convertido en enormes cementerios.
O aquellos
países que hacen gestos hacia la galería, como es el permitir el atraque de
barcos llenos de estos inmigrantes en sus puertos, pero que, al mismo tiempo,
venden armas y asesoramiento a los culpables de que produzcan masacres de
mujeres, niños y ancianos, como hace el Estado español. Todo ello en virtud del
"sacrosanto libre mercado" burgués y su "derecho" a obtener
beneficios sin importar los daños que ello suponga.
Un año más, podemos ver como la escalada armamentista es la tónica general en
todos lados. La reciente cumbre de la OTAN dejó bien claro cuáles eran sus
principales objetivos: Aumento del gasto militar para poder atender las
múltiples aventuras que, a nivel mundial, estos asesinos planean llevar a cabo.
Las distintas burguesías nacionales, tanto de EEUU como de la UE, de marcado
carácter imperialista, tienen que armarse para poder llevar a cabo sus campañas
predatorias sobre países poseedores de recursos o para poder abrirse paso allí
donde se les ha negado, como el caso de Siria.
En
el caso del estado español, actor secundario que reclama más papeles de
protagonista en la cadena imperialista, nos encontramos que su burguesía, a
pesar de las graves contradicciones internas que tiene, busca afianzarse en territorios que
considera suyos por razones históricas. De ahí su intromisión en los asuntos de
Venezuela o Nicaragua, la presencia de los grandes bancos españoles,
telecomunicaciones, etc., en toda América del sur, y el apoyo servil a la
política yanqui.
Este apoyo servil ha hecho que esta burguesía, tan española y
"patriota", no haya dudado en vender la soberanía sobre el territorio
del país, tanto a los EEUU como a las demás potencias de la UE, las cuales se
encuentran con la absoluta libertad de pasar por los territorios del estado
español como les plazca.
La existencia de estas bases militares, que sirven de plataforma de lanzamiento
de ataques hacía otros países y para el mejor control del Mediterráneo y norte
de África, solo las justifica el afán de apoderarse de recursos o controlar
posiciones geoestratégicas por parte de las burguesías imperialistas, que
buscan afianzarse, por el medio que sea, en sus rapiñas y saqueos.
Desde
el 1981, estas marchas, primero a Rota, luego a Morón y más recientemente, a
Viator, vienen denunciando el frontal rechazo que la presencia de tales bases
provoca entre la clase obrera y demás sectores populares. Este rechazo obedece,
fundamentalmente, en que estas bases sirven para defender unos intereses que no
se corresponden con los de la mayor parte de la población, sino que solo
representan a los intereses de un grupo de grandes empresas, bancos y
monopolios que son ajenos al resto de la población.
Las
bases militares, en contra de lo que se nos quiere hacer creer, no suponen, ni
han supuesto nunca, una mejora en las condiciones de vida de las poblaciones
donde se ubican ni en su entorno. Por contra, si que suponen un serio riesgo
para estas poblaciones, que han sido convertidas en posibles objetivos
militares en caso de conflicto armado. Además, como reiteradamente venimos
diciendo, tales bases suponen un importantísimo refuerzo de las fuerzas
represivas del estado español, que serán utilizadas sin el menor remordimiento
contra cualquier intento de liberación que la clase obrera y demás sectores
populares emprenda. La forma en la que la burguesía del estado español ha
utilizado a la Guardia Civil en Catalunya es una muestra de lo que decimos.
Estas
marchas, tanto la de Rota como la de Morón y Viator, no han de ser unos actos
aislados que cada año se hacen, sino que debemos conseguir que formen parte del conjunto de luchas que la clase
obrera y demás sectores populares han de emprender como respuesta a la barbarie
imperialista con el objetivo de derrotar al capitalismo y construir el
socialismo, único camino válido y posible para la liberación de nuestra clase y
con ella, el resto del pueblo.
Por
todo esto, los y las comunistas con el Partido Comunista de los Pueblos de
España a la vanguardia, exhortamos a la clase obrera, estudiantes de extracción
obrera, autónomos, pequeños comerciantes, mujer, desempleados y desempleadas,
pensionistas, a unificar las luchas en defensa de nuestros auténticos intereses
de clase, a unirnos para construir un poder obrero y popular que empiece la
construcción de un sistema que supere al actual y caduco sistema capitalista y
que no es otro que el Socialismo-Comunismo. Siendo, por tanto, la Revolución la
tarea más importante que los y las comunistas debemos acometer.
¡¡¡
No pasarán!!!
¡¡¡
OTAN NO, BASES FUERA!!!