La Coordinadora Estatal en Defensa de las Pensiones Públicas repudia las
declaraciones del ex-ministro socialista, Carlos Solchaga, por su desprecio y
falta de respeto a los millones de pensionistas que con su trabajo han
contribuido decisivamente a levantar este país, enfrentándose muchas veces a
los ataques que los distintos gobiernos han perpetrado contra los derechos de
los trabajadores.
Entre ellos, los protagonizados precisamente por
Carlos Solchaga, primero con el desmantelamiento industrial, en su época de
ministro del ramo, y después, ya como titular de Economía y Hacienda, con la
Ley de Pensiones de 1985, que incrementó los años de cotización de 10 a 15 para
cobrar una pensión y amplió de 2 a 8 años el cómputo para el cálculo de la
misma. “Tu problema, Carlos, son los trabajadores; te has equivocado de
trinchera”, le espetó Nicolás Redondo, entonces secretario general de UGT, ante
las cámaras de Televisión Española.
Estas y otras políticas antisociales dieron lugar a la huelga general del
14 de diciembre de 1988, la primera de la democracia y la más grande que ha
habido en España, con la participación de más de ocho millones de trabajadores,
además de estudiantes y autónomos.
Pues bien, treinta años más tarde, este tipo sigue demostrando que “su problema
son los trabajadores”. Hace días, en un foro empresarial, ha dicho que los
pensionistas que se manifiestan en las calles por la revalorización de las
pensiones “no tienen razón, pero ninguna razón, ninguno de ellos ha pagado, o
la mayoría de ellos ha pagado, ni la mitad de lo que perciben… Si hubieran
tenido un sistema de capitalización, estarían cobrando ahora una pensión que
sería aproximadamente la mitad”. Además, el ex-ministro ha defendido que “dejar
el sistema de actualización de las pensiones como está (25%) es más prudente
que volver al IPC”. Sin comentarios, también dijo en su momento que la reforma
laboral del PP iba a ser beneficiosa para el empleo…
Lo sentimos por los anhelos privatizadores de D. Carlos Solchaga, pero el
sistema de seguridad social español es, ha sido siempre y lucharemos porque
siga siéndolo un sistema de reparto, de solidaridad intergeneracional. Las y
los pensionistas de hoy, cuando éramos trabajadores activos, cotizábamos para
sufragar las prestaciones de los pensionistas de entonces. Cumplimos con
nuestro deber legal y legítimo pagando las pensiones de los que entonces eran
nuestros mayores, como hoy los que trabajan cumplen con su deber pagando las
nuestras.
Y ahora unas precisiones rápidas:
1º) No es cierto que las y los pensionistas de hoy cobren más del doble
de lo que cotizaron; antes al contrario.
2º) El dinero que debía haber sido empleado exclusivamente para el pago
de las pensiones ha servido muchas veces para pagar partidas de ministerios
como los que detentó el señor Solchaga, cuando las cotizaciones sociales NUNCA
debieron ni deben ser utilizadas a fines diferentes al pago de las
prestaciones.
3º) El dinero de las pensiones ha servido y sirve para mantener
operativos negocios con dificultades de solvencia económica, mediante
aplazamientos en la recaudación de las cuotas sociales, convirtiéndose en un
mecanismo de financiación indirecta de empresas en crisis.
4º) Los pensionistas nunca dejan de aportar a la Seguridad Social la cuota que
les corresponde, mientras que a los empresarios y como “medida de estímulo a la
contratación”, el gobierno de turno suele concederles bonificaciones en sus
cotizaciones. Solo en el 2016 la Seguridad Social dejó de ingresar
por este concepto 2.100 millones.
5º) D. Carlos Solchaga ha “matizado”, dicen las informaciones al
respecto, “que él también es pensionista” y no queremos dejar de recordarle que
los pensionistas de este país tienen que trabajar 36 años y 6 meses para tener
derecho a una pensión del 100% de su base reguladora (muy pocos son los que lo
consiguen), mientras él, con solo 11 años de ministro, estuvo en situación de
no trabajar nunca más hasta los 65, para tener igual derecho a la pensión de
jubilación en su base máxima. Y eso sin considerar que desde 1996, que dejó la
política activa, las puertas giratorias se le abrieron de par en par; ocupó
diversos cargos de consejero y consultor externo en grandes corporaciones.
Antes había sido presidente del comité interino del Fondo Monetario
Internacional y sigue siendo, a sus 74 años, director de una importante
consultoría con sede en Madrid. Mientras tanto, los trabajadores de este país
con menos de 15 años cotizados y gracias a la reforma que él mismo promovió en
1985, no tienen derecho a jubilación.
6º) El ex–ministro dijo también que en España las pensiones son mucho más
altas que la media europea y el dinero que se destina a pagarlas también es muy
superior. Ni una cosa ni otra es cierta. La pensión media en España es más baja
que la media en la Europa de los 28, y eso a pesar de que el PIB en
nuestro país es muy superior y con respecto a los recursos que se dedican a
pagarlas estamos muy lejos de alcanzar los niveles que destinan los países de
nuestro entorno. Al contrario de esa mentira tan repetida de que las pensiones
en España son muy generosas, sólo apuntaremos que más de la mitad de los
jubilados sobreviven con menos del Salario Mínimo Interprofesional.
Y esta situación se la debemos a políticos con la misma mentalidad que el
señor Solchaga. Los últimos gobiernos que hemos sufrido, tanto del PP como del
PSOE, con sus respectivas reformas laborales y del sistema de pensiones, han
provocado la actual crisis que estamos viviendo. Revertir esas reformas
antisociales es nuestro objetivo a medio plazo, lograr unas pensiones dignas y
suficientes para todas y todos los trabajadores españoles –de ahora y del
futuro– es nuestra meta final. Por eso seguiremos ocupando las calles y
rodeando el Congreso, por eso seguiremos luchando, mal que le pese a este tipo
de personajes cuyo problema son los trabajadores.