Quienes se autoproclaman como gobiernos democráticos y defensores de los derechos humanos,
dentro de la UE, están demostrando su auténtico carácter dictatorial de clase
en las políticas migratorias, que se impulsan con mayor violencia en estos
días.
La directriz de la UE de expulsar a un millón de inmigrantes,
incluyendo menores en desamparo, es una demostración incontestable del
sometimiento absoluto de todos los derechos individuales y colectivos a las
estrategias e intereses de la acumulación de capital, y a su dictadura.
La UE, en el 2015, expulsó a doble de personas que los mismos
EEUU (la UE
expulsó a 533.395 personas,frente a 235.413 que expulsó EE UU).
El capitalismo manipula los movimientos migratorios en función
de su conveniencia para disponer de la fuerza de trabajo que necesita explotar
para hacer posible la acumulación capitalista, buscando siempre las condiciones
más ventajosas para este fin. La apertura, o el cierre de fronteras, tiene
siempre una relación directa con las necesidades de la extracción de plusvalía.
Cuando al capital le conviene impulsa los movimientos migratorios para disponer
de una fuerza de trabajo más barata, y cuando no le conviene cierra las
fronteras de la forma más criminal.
Cuando los llamados gobiernos democráticos se refieren a que el
problema de migrantes y refugiados es una cuestión de las mafias
que trafican con personas, no están haciendo otra cosa que un
ejercicio cínico en el que pretenden ocultar su responsabilidad en los inmensos
intereses económicos que están detrás de los movimientos migratorios
desesperados, como consecuencia de las políticas de dominación del
imperialismo. Es el imperialismo el que está detrás de las mafias, es el
imperialismo el que destruye países y los hace inhabitables, es
el imperialismo el que organiza las guerras y los grupos terroristas.
La actual directiva, que ordena las expulsiones masivas, se
sustenta en la manipulación de las tendencias xenófobas y racistas, que existen
en una parte de la sociedad, para legitimar una EUROPA FORTALEZA que hace del cierre de fronteras, de
la persecución de migrantes y refugiados, y de su encarcelamiento, un
instrumento de sus estrategias de dominación para llevar a la clase obrera a la
división, a su enfrentamiento interno, y a quebrar los principios de la
solidaridad revolucionaria de clase.
Con una población mundial de 7.200 millones de
personas, los intentos del imperialismo para tratar de contener
los desplazamientos de las personas son absolutamente irracionales e inútiles.
Pero, a pesar de ello, el Presidente yanqui trata de levantar un muro mayor en
su frontera con México, la entidad sionista de Israel levanta su muro frente a
los palestinos para robarles su tierra y sus olivos, el dictador de Marruecos
levanta muros de arena en el Sáhara para tratar de parar la lucha saharaui por
su independencia. España levanta alambradas con cuchillas en Ceuta y Melilla, o
asesina inmigrantes en la playa de Tarajal. La UE,
por su parte, utiliza a la nueva policía de
fronteras del FRONTEX, y a la OTAN, para perseguir a migrantes
y refugiados, encerrarlos en campos de concentración, condenarlos a ahogamiento
en el Mediterráneo, o expulsarlos de forma criminal a lugares donde no existen
las más mínimas garantías para sus vidas.
Todas estas situaciones no son otra cosa que una expresión, parcial, de la
violencia criminal del senil capitalismo internacional.
La misión actual de la clase obrera no es otra que la
destrucción de este sistema criminal hasta sus cimientos. Actuar
como sepultureros del capitalismo, y convertirse en clase
hegemónica en el poder, construyendo la sociedad socialista y
el comunismo.
Como forma de actuación inmediata, el PCPE hace un llamamiento a
la clase obrera, y a los pueblos, para enarbolar las banderas del
internacionalismo proletario, para combatir las políticas
migratorias de la UE y de sus distintos gobiernos, para exigir el cierre
inmediato de los CIEs, para la derogación de toda la legislación que reprime
los movimientos de las personas.
La solidaridad internacionalista se ha de concretar en una
intervención práctica organizada, haciendo de la más amplia movilización de las
masas la herramienta principalpara combatir a la dictadura del capital,
y a sus gobiernos.
La apertura de las fronteras, el
reconocimiento del derecho de asilo sin restricciones, la protección especial
de menores y otros colectivos más vulnerables, la garantía de un trato
humanitario y de respeto de todos los derechos humanos-entre otras-, son
propuestas básicas para la más elemental política democrática en esta cuestión.
Que, necesariamente, han de ser acompañadas en el orden político por el respeto
a la soberanía de las naciones, el cese inmediato de las acciones del
terrorismo financiado por las potencias imperialistas europeas en los países
del norte de África y el pasillo euroasiático, la retirada del FRONTREX y de la
OTAN del control de las fronteras, etc.
El PCPE llama a toda la clase obrera, al
pueblo, a movilizarse contra las políticas criminales de la UE, a defender los
derechos de desplazamiento de las personas y al asilo político, y a exigir la
dotación de los medios materiales necesarios para garantizar la vida y los
derechos básicos de quienes se ven en la obligación de huir de sus países de
origen.
El PCPE llama a mantener una movilización
continuada hasta derrotar las políticas migratorias de la UE, y la de los
gobiernos de los países miembros.
¡Por la apertura de fronteras!
¡Derogación de las leyes de inmigración y cierre de los CIES!
¡Fuera la OTAN y el FRONTEX del control de las fronteras!
Movilización internacional sostenida contra las políticas migratorias
del imperialismo
¡Viva el internacionalismo proletario!
Somos una sola clase obrera internacional
