La actual fase de desarrollo del capitalismo requiere herramientas
que ofrezcan una mayor expansión y rentabilidad a las multinacionales, los falazmente
denominados tratados de libre comercio como el TTIP o el CETA son, por ahora,
la más avanzada fórmula para que los monopolios ejerzan su dictadura. El
imperialismo requiere de sus leyes y los tratados de libre comercio lo son.
El TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones. En
inglés; Transatlantic Trade and Investment Partnership) es un acuerdo comercial
que actualmente se encuenÑa en fase de negociación entre la Comisión Europea y
EEUU.
El CETA (Acuerdo Comprehensivo Económico y de Comercio. En inglés;
Comprehensive Economic and Trade Agreement) tiene prácticamente las mismas
cláusulas que el TTIP y las negociaciones son entre la UE y Canadá.
El CETA se considera el hermano pequeño del TTIP, pero es igual de
agresivo contra nuestros intereses o incluso más, porque las negociaciones ya
han finalizado y sólo se está a la espera de su ratificación.
La entrada en vigor del CETA supondrá un sondeo de lo que será
finalmente el TTTP, permitiendo a las empresas estadounidenses utilizar sus
filiales canadienses para tener acceso al mercado europeo. Consecuentemente, la
respuesta organizada y contundente del movimiento obrero y popular debe ser la
de acabar de inmediato con el CETA igual que lo hizo con la constitución
europea.
Estos acuerdos comerciales pretenden una bajada generalizada de
los estándares de protecciones laborales , ambientales, de seguridad alimentaria,
de protección de la salud, social, industrial,
y otros, imponiendo las legislaciones menos exigentes entre los bloques
económicos que intervienen en cada acuerdo. Si hoy ya todas las leyes atacan a
la clase trabajadora y los sectores populares, con lo que se proponen hacer
estamos abocados a una mayor pérdida de nuestros derechos y libertades.
Un ejemplo paradigmático de esta práctica dictatorial es la
existencia de una cláusula reservada a la protección de los inversores, que podrán demandar a los estados cuando
consideren que las legislaciones nacionales lesionen sus Intereses.
Con absoluta claridad, el objetivo principal del TTIP y el CETA es
privatizar los servicios públicos, cambiar o anular leyes que impidan el avance
de los monopolios y recortar derechos sociales y salarios en beneficio de las
grandes multinacionales. Todo lo que se argumente a su favor desde el poder: no
son más que mentiras y más mentiras.
La burguesía vende este acuerdo como un rayo de luz sobre un cielo
nublado, prometiendo empleo y estabilidad. Falso, pues sin mencionar la calidad de estos nuevos
contratos, los estudios demuestran que su aplicación destruiría entre 500.000 y
I millón de empleos de pequeñas y medianas empresas, frente a los más de 400.000 nuevos contratos
que prometen las multinacionales normalmente más precarias.
Este acuerdo, absolutamente lesivo con el medio ambiente, permitirá
la comercialización de productos transgénicos como ocurre ya hoy en los EE.UU.
Las leyes de un consumo más saludable y con unos mínimos de
respeto al medio ambiente de productos y explotaciones agro-ganaderas que han
sido una conquista del movimiento obrero y popular mediante su lucha por la
defensa del medio ambiente, desparecerán en poco tiempo a los dos lados del
Atlántico.
Otra de las muchas cláusulas existentes en estos tratados es reforzar
la creación de patentes, lo que hará que quienes las posean tendrán más
ventajas frente a sus competidores por ejemplo en medicamentos, retardará la
creación de genéricos y nos veremos obligados a pagar precios desorbitados para
obtenerlos.
Por todo ello: el PCPE y los CJC alzamos la voz contra el TTIP y
el CETA y animamos a toda la clase obrera y al pueblo en general: a luchar a
nuestro lado para detener la violencia que la dictadura del capital quiere
imponer con estos tratados. Estos acuerdos muestran la importancia de luchar
diariamente y no ceder ni un milímetro en nuestros derechos. Desde el PCPE y
los CJC llamamos a levantar un muro de dignidad y rebeldía organizada que, impidiendo
la firma de estas leyes camine decididamente contra la UE y a favor del poder
obrero y el Socialismo.