En la última entrega de
nuestro particular repaso a las propuestas de los principales partidos estas
elecciones analizamos las propuestas del PSOE que, bajo su eslogan "el
cambio que une", concurre a las elecciones con una fachada renovada que cubre
un edificio en ruinas. Ese eslogan no es sino el ejemplo de que estamos ante
una campaña electoral en la que todas las fuerzas políticas del régimen llevan
a bien la máxima de El gatopardo: "Si queremos que todo siga como está, es
necesario que todo cambie" con el único fin de engañar a la clase obrera
para que les vote.
Hacia
la España del conocimiento (si te lo puedes pagar)
El
primer capítulo del programa del PSOE es, probablemente, uno de los mayores
ejemplos de cinismo que ha habido en la política española desde que se
consideró a Fraga un padre de la democracia. Este primer apartado comienza
analizando una serie de desafíos en materia educativa a los que hacer frente,
de los cuales me gustaría resaltar el punto octavo en el que dice:
"Garantizar
la igualdad de oportunidades en el acceso a las enseñanzas universitarias,
asegurando que todas las personas que deseen cursar estudios universitarios y
tengan la capacidad para ello puedan hacerlo, con independencia de su situación
socioeconómica o su lugar de residencia."1
¡Qué
curioso! El mismo partido que nos enfrascó en ese esperpento de sistema
educativo que es el Plan Bolonia y que ha sido el mayor ataque a la educación
pública en la historia reciente española analiza que gracias a ellos se puede
conseguir una igualdad de oportunidades en el acceso a las enseñanzas superiores.
En este programa abogan por una reducción de las tasas universitarias a
"niveles asequibles" cuando en 2010, estando en el gobierno,
aprobaron la Estrategia Universidad 2015 analizando que el fracaso
universitario se debía al bajo precio que tenían los créditos y que hacía que
los estudiantes no se tomaran enserio sus estudios proponiendo como solución el
encarecer el precio por crédito2.
Es
intrigante que quienes dicen defender la educación pública en campaña electoral
luego, estando en el gobierno, defiendan la subida de tasas aludiendo que
supondría un avance significativo "en la actitud de los estudiantes que,
al sentirse presionados, a partir del curso 2013‐2014 por el encarecimiento de la matrícula y por las normas de
permanencia, se manifestará en unos mayores niveles de exigencia para con el
profesorado."3
La
defensa de (la privatización de) lo público.
Si el
primer capítulo del programa del partido de Pedro Sánchez nos parecía un
derroche de cinismo este segundo capítulo ya roza el mal gusto. En la primera
parte del capítulo encontramos metido con calzador grandes referencias a la
importancia de la Unión Europea y a una necesidad de "democratizar"
sus instituciones. ¿Qué consideran que es "democratizar las
instituciones"? Entre otras cosas buceando en su propuesta4 podemos
encontrar medidas tan "democráticas" como:
"Legitimar
políticamente al Presidente o Presidenta del BCE" o lo que es lo mismo:
legitimar a quien nos condena a trabajos de miseria y a la máxima explotación
laboral.
"Aumentar
las funciones del Parlamento Europeo" para perder la ya de por sí escasa
autonomía de los estados periféricos en beneficio de los monopolios.
"Apoyar
la introducción de la temática europea en los planes de estudios europeos"
pudiendo así aleccionar desde pequeños a los jóvenes para que apoyen la Unión
Europea.
Es
curioso que el PSOE decida exaltar ese sentimiento europeo en un capítulo
dedicado a "la defensa de lo público" cuando fueron desde las
instituciones europeas desde donde se impulsaron los principales procesos
privatizadores en España.
Sin
embargo lo más grave e hipócrita de este programa es la contradicción en la que
se encuentra al defender de palabra lo público y luego proponer la
privatización de las empresas públicas con el pretexto de "reducir deuda"5.
No obstante, ¿Qué cabe esperar de quienes subyugaron nuestro dinero al pago de
una deuda que no habíamos generado los trabajadores?
No más
engaños por parte de quien se disfraza de lo que no es.
A pocos
se les escapa, a estas alturas de la película, que el PSOE poco o nada tiene
que ofrecer a los trabajadores de este estado más allá de un incremento en la
explotación y un empeoramiento en sus condiciones de vida. ¿O es que acaso hay
todavía alguien que confíe en que el partido que aprobó Bolonia, subió las
tasas educativas e introdujo las privatizaciones de los sectores públicos pueda
tener reservado para los trabajadores algo distinto a una mayor miseria? Habrá
quien dirá (y puede que no esté del todo desencaminado) que el PSOE se vio
obligado por las circunstancias a la hora de instaurar todos estos recortes.
¿Pero cuáles son estas circunstancias? En mi humilde opinión la única causa
fundamental es el sistema económico en el que vivimos y es que en el
capitalismo, con los grandes empresarios en el poder, es imposible gobernar sin
su beneplácito independientemente de que te llames Unidad Popular, PSOE o
Podemos.
Y es que este último punto que escribo a modo de conclusión del
artículo bien podría ser también una conclusión de la sección entera: No debemos
dejarnos engañar por quien, con palabras dulces, nos condena a seguir viviendo
en un sistema que nos ha hecho llegar al punto en el que estamos ahora.