Las Elecciones Autonómicas Andaluzas del 22M se celebran en un contexto de
agudización de la crisis en la cúspide por la que transita el capitalismo
español. Una gran movilidad, en la capacidad de legitimación de las distintas
opciones partidarias, caracteriza a esta convocatoria. El origen de la misma
convocatoria se sitúa en la diputa directa entre dos versiones de la
socialdemocracia sistémica: la del PSOE y la de IU que, a fin de cuentas,
pretenden ocupar el mismo espacio político.
Los esfuerzos de la superestructura por hacer avanzar la estrategia de lo
que hemos denominado Segunda Transición, se van plasmando en unas expectativas
electorales donde Izquierda Unida paga el precio mayor y con fuerte impulso
emerge la nueva versión socialdemócrata versus “izquierda radical”
(PODEMOS).
La clase obrera andaluza —que ha sido especialmente castigada por la
gestión que de la actual crisis capitalista han realizado los partidos
sistémicos, IU-PSOE—, se enfrenta a este escenario como actor principal en el
primer ensayo electoral de la estrategia de recomposición en que trabaja el
capitalismo español. Y, por ello, la decisión de su voto tiene un papel de
trascendencia especial en esta convocatoria para la clase obrera de todo el
Estado.
La opción de voto por la que se decante la clase obrera andaluza pondrá a
prueba la solidez de las mejores tradiciones comunistas del proletariado
andaluz, que en muchas ocasiones en su historia ha expresado con valentía una
conciencia de clase de claro compromiso revolucionario.
Por ello, las trabajadoras y los trabajadores de Andalucía tienen su opción
de voto más consecuente en las candidaturas obreras que presenta el PCPE en las
ocho provincias. Un avance electoral del PCPE será hoy el mejor punto de apoyo
para levantar las luchas futuras de la Andalucía trabajadora.
¿DEBATE DEL ESTADO DE LA NACIÓN?
Los pasados 24, 25 y 26 de febrero se desarrolló en el Congreso de los
Diputados el último Debate sobre el estado de la nación.
Si hemos de citar un elemento que destaca en común en los rifirrafes
dialécticos de los distintos grupos presentes en ese foro, hay que mencionar la
total ausencia de los intereses de la clase obrera en ese debate. La ausencia
total de cualquier representación política del proletariado español. Todos los
discursos emitidos se limitan a expresar las diferentes variables con que se
disfrazan las clases dominantes españolas.
La utilización, por varios de los protagonistas de la llamada oposición, de
la situación de la clase obrera y los sectores populares (en algunos casos solo
de las clases medias), mencionando diversos datos económicos que ratifican cómo
la crisis se ha cargado sobre las espaldas de la clase obrera, como la subida
de las tarifas eléctricas, la alimentación básica, etc., se hacía en el terreno
de los reproches al gobierno. Pero en ningún caso se analizaba en el sentido de
que son las políticas favorables al capital monopolista, y a la UE, la razón de
esas subidas de precios y de esa miseria de la clase obrera. Todo el debate se
limitaba a discutir diversas formas de gestión capitalista — supuestamente más
eficaces—, y el grado de honradez o de corrupción de cada formación política.
El gobierno de Rajoy —como los restantes actores, en plena campaña
preelectoral—, trata de vender los indicios de recuperación de la tasa de
ganancia por parte de los grandes grupos monopolistas que sobreexplotan a la
clase obrera española, como una salida de la crisis. Propaganda desmentida en
la calle y en nuestros barrios por el empobrecimiento generalizado de las
masas, por los salarios de miseria y por la concentración del capital en la
mano de los grandes monopolios.
Un debate, sin la presencia del Partido de la clase obrera y sus propuestas
transformadoras, se queda en vacía retórica y en demagogia insultante frente a
la continuidad de la crisis y del sufrimiento para la clase obrera y los
sectores populares.
SYRIZA NO ES LA IZQUIERDA RADICAL
No ha sido necesario mucho tiempo, desde las pasadas elecciones griegas del
25 de enero, para que el engaño de SYRIZA se destape ante la clase obrera
griega, y ante la clase obrera internacional. Las mentiras de la
socialdemocracia tienen las patas cortas.
Una cierta escenografía sin corbata no sirve para combatir la dictadura de
los monopolios. A los monopolios —al imperialismo—, se les combate con la clase
obrera organizada en su Partido Comunista, con la determinación de tomar el
poder e iniciar la construcción de la sociedad socialista.
La utilidad de SYRIZA, para las clases dominantes griegas, es la de ser un
instrumento para ayudar a parar un mayor crecimiento de los apoyos obreros al
KKE.
Este rápido posicionamiento servil del gobierno griego tiene consecuencias
en España, y coloca a quienes se sacaron la foto electoral con Alexis Tsipras
en una difícil situación, y en la necesidad de desmarcarse de su rápida
rendición ante las primeras presiones del imperialismo de la UE.
Si a ello sumamos la profundización del ataque imperialista contra
Venezuela, con lo que supone de agudización de la lucha de clases
internacional, la situación se clarifica aún más. Así vemos como los
PODEMOS-IU-GANEMOS rápidamente sienten la necesidad de desmarcarse de cualquier
atisbo de simpatía hacia las “revoluciones bolivarianas”, y se alinean disciplinadamente
con la campaña orquestada por el imperialismo yanki a favor de los intereses de
los grandes monopolios.
El combate ideológico contra todas las variantes de la nueva
socialdemocracia ocupa un espacio central de las organizaciones revolucionarias.
En Grecia el KKE combate con firmeza al gobierno de SYRIZA-ANEL, llamando al
pueblo a no caer en la desilusión y a levantar las banderas de lucha contra el
gobierno socialdemócrata.
En España es el PCPE la fuerza determinante del combate contra los intentos
de la oligarquía de dar camino a la Segunda Transición, confrontando
abiertamente contra sus nuevos capataces: PODEMOS, CIUDADANOS, y las otras
variantes a las que se les asigna una menor fortuna. El Partido combatirá con
firmeza la estrategia de la Segunda Transición y, por ser la más engañosa,
especialmente a PODEMOS como principal fuerza de refresco del capital.