La movilizaciones tunecinas, que lograron lo que en un principio no parecía posible – la salida del país del dictador Ben Ali – se han ido extendiendo y hoy es Egipto el epicentro de la movilización popular. La posibilidad de que la mecha siga ardiendo y conduzca a nuevos procesos en otros países árabes está muy presente hoy en todas las cancillerías de las potencias imperialistas.
El PCPE quiere expresar su apoyo a las movilizaciones, y a las masas populares egipcias y tunecinas que, hartas de regímenes basados en el expolio y en el robo al pueblo, han optado por la vía de la lucha para acabar con ellos.
En el caso de Túnez, saludamos la creación del Frente 14 de enero, cuyas demandas de profundización en el proceso y de rechazo a cualquier tipo de continuidad en el gobierno provisional de ministros o responsables del régimen Ben Ali – Trabelsi han de ser firmemente apoyadas. Cualquier otra salida a la actual situación tunecina supondrá un triunfo para las potencias imperialistas, interesadas hoy fundamentalmente en no perder su capacidad de influencia en unos países que son de importancia estratégica para sus planes.
Denunciamos especialmente el papel de la Unión Europea en la crisis tunecina, específicamente el papel jugado por Francia, país que mantiene importantes intereses en la zona y que ha manifestado históricamente una gran connivencia con los regímenes opresores del Magreb y de toda África. Igualmente, los intereses del FMI, que en repetidas ocasiones utilizó como ejemplo para la zona a Túnez, serán fundamentales a la hora de ejercer presión y tratar de reconducir el proceso tunecino.
Al mismo tiempo, saludamos la amplia movilización del pueblo egipcio, que ha logrado poner contra las cuerdas el régimen de Mubarak. Queremos recordar que Egipto, bajo su gobierno, fue la primera nación árabe en traicionar la causa del hermano pueblo palestino mediante el reconocimiento del estado de Israel, y que es un aliado fundamental de Estados Unidos en la zona.
Consideramos que los repetidos llamamientos de Obama a la estabilidad en Egipto, así como la llegada de Mohamed El Baradei para encabezar el movimiento opositor, apuntan a que el imperialismo quiere cerrar inmediatamente cualquier posibilidad de cambio radical en este país. El control del estratégico canal de Suez, vía esencial de tránsito del petróleo del Golfo Pérsico a Europa y EEUU, es un elemento clave de la estrategia del imperialismo en la zona.
Mientras los procesos tunecino y egipcio sean reconducibles en beneficio del imperialismo, los cambios de los títeres son incluso deseables para las potencias imperialistas. Baste recordar el caso de Jean-Claude Duvalier en Haití, que en el momento en que fue una carga para EEUU fue desalojado del poder, en procesos similares a los actuales del norte de África, y ahora su nombre vuelve a sonar para presidir el país.
Por ello, el PCPE está convencido, junto con las organizaciones hermanas de Túnez y Egipto, de que el auténtico triunfo de estos procesos solo será posible si se sigue profundizando en el desmantelamiento total de los regímenes corruptos y si se inician procesos constituyentes que permitan que las fuerzas antiimperialistas, obreras y populares, en alianza, asuman el control de los mismos, en la perspectiva de la definitiva liberación de los pueblos norteafricanos del yugo imperialista.
La solidaridad es la ternura de los pueblos, ¡viva el internacionalismo proletario!
Madrid, 1 de febrero de 2011
Área Internacional del CC del PCPE