Para muchos andaluces y andaluzas el 4 de diciembre es el verdadero y único Día Nacional de Andalucía. Consideramos que fue el día 4 de diciembre de 1977 cuando Andalucía entera se lanzó a la calle para exigir que se la tratara como lo que era y es: una Nación con derecho a decidir plenamente dónde y cómo quiere estar. El día en que Andalucía se dijo a sí misma que nada ni nadie podía gobernar su futuro sin el consentimiento y la voluntad de los andaluces y andaluzas.
Aquel día, Andalucía entera fue una fiesta: la fiesta de la Libertad. La fiesta del pueblo trabajador de Andalucía. La fiesta de un pueblo entero en lucha por su dignidad.
Fue un 4 de diciembre de 1868, además, cuando, ante la frustración que produjo la revolución "burguesa" que acabó con la monarquía absolutista, el pueblo gaditano se levantó por la falta de respuesta ante las demandas sociales y autonomistas. El levantamiento, dirigido por Fermín Salvochea y Paul y Angulo, se corrió por los pueblos y capitales vecinas -Málaga, Granada, Sevilla, Jerez....- dando lugar a una dura represión que alcanzó su cima el 1 de enero de 1869 con la decisiva participación del general Caballero de Rodas. A pesar de la brutal represión, la mecha del federalismo republicano andaluz, (el andalucismo de aquella época) había prendido.
Con el advenimiento de la II república en 1931, las Juntas Liberalistas, lideradas por Blas Infante, instan a la Diputación de Sevilla para que reúna al resto de instituciones provinciales para tratar el futuro estatuto de autonomía para Andalucía. El levantamiento fascista de julio de 1936 acabó con las aspiraciones autonomistas y con la vida de Blas Infante, entre otros. Después se abrió un largo paréntesis para la autonomía andaluza.... hasta el 4 de Diciembre de 1977, primer Día Nacional de Andalucía.
Al principio de la transición resurge con fuerza el sentimiento autonomista. Autonomía y libertad son sinónimos de la misma lucha y se ve la consecución de la Autonomía como el medio para solucionar los males de Andalucía. A principios de 1977 varios jóvenes despliegan una gran bandera desde la torre de la Giralda pidiendo Autonomía. A la semana siguiente, otros jóvenes despliegan esa misma bandera durante el partido Español-Betis. Las diferentes acciones por la Autonomía desembocan en la convocatoria del primer Día de Andalucía el 4 de Diciembre de ese mismo año.
Cerca de dos millones de andaluces se manifestaron el 4 de diciembre "Día de Andalucía" para exigir la Autonomía. Quinientos mil manifestantes en Sevilla, alrededor de ciento cincuenta mil en Málaga, cien mil en Granada, ochenta mil en Huelva y en Córdoba, setenta mil en Cádiz, setenta mil en Jaén, diez mil en Almería, Ronda, Campo de Gibraltar y en Antequera y más de un cuarto de millón en Barcelona, emigrantes de la novena provincia.
Todos ellos, con cientos de miles de banderas verdes, blancas y verdes. Con exigencias concretas que reniegan del paro y piden trabajo. En contra de las evasiones del capital andaluz que se invierte en otras zonas del Estado; en contra de todos los abusos municipales. Casi dos millones de andaluces que llenaron con sus gritos y consignas la calles del país andaluz demostrando que Andalucía ya ha despertado y que han sido los hombres y las mujeres del pueblo quien ha contribuido a esta toma de conciencia popular en pro de una autonomía auténtica, que no una descentralización administrativa.
A las manifestaciones del primer Día de Andalucía no le faltaron provocaciones que iban desde la presencia de contramanifestantes fascistas, como en Sevilla, hasta la presencia ostentosa de banderas españolas, sin ninguna andaluza al lado, como en la Diputación de Málaga, o la simple prohibición de la manifestación, como en el pueblo de Santaella. La manifestación de Málaga ya venía precedida de negros presagios. Pocos días antes, el presidente de la Diputación había declarado que la bandera andaluza no ondearía en el balcón de la Institución a pesar de que el pleno lo había aprobado. Al pasar la manifestación por delante de la Diputación, un joven escaló hasta el balcón para poner una bandera andaluza en el mástil. Poco después, la policía cargó. Botes de humo, balas de goma... y ¡disparos! Una bala atravesó la cazadora del joven José Manuel García Caparrós. El lugar donde cayó, se convirtió en un "altar" improvisado por donde pasaron miles de malagueños, hasta que fue destrozado por los fascistas. Durante varios días, el pueblo se echó a la calle en protesta por la represión policial.
¡Viva Andalucía libre y socialista! ¡Viva el 4 de Diciembre!