Los pasados 22 y 23 de abril el PCPE vivió
uno de sus momentos más traumáticos desde su fundación en 1984. Un grupo de 13
personas, miembros de su Comité Central, se separaron de la dirección y con
Astor García (responsable de Internacional hasta ese momento) como secretario
general se reclaman ahora la nueva dirección del PCPE. El que fuera elegido en
el último Congreso como secretario general, Carmelo Suárez, responde a
insurgente.org dando su punto de vista sobre lo ocurrido.
¿Qué ha ocurrido en el PCPE en las últimas
semanas?
Expresándolo de una forma resumida, en
el PCPE ha estallado una fracción que se estaba fraguando desde hace varios
años.
El Partido ha pasado por un largo
período en el que, salvo problemas y conflictos de dimensión limitada, la
unidad interna del proyecto ha sido una de sus mayores fortalezas.
Prácticamente desde el año 1989, cuando Ignacio Gallego organizó la fracción
que hizo el simulacro de Congreso de Unidad con el PCE de Anguita, en el PCPE
hemos conseguido trabajar sin grandes dificultades internas. Incluso la
sustitución de Juan Ramos, y la celebración del VII Congreso (extraordinario)
se desarrolló por los cauces normales dentro del debate partidario. Ese es un
balance excepcional en la historia del comunismo español.
La fracción, que se hace pública el fin
de semana del 22-23 de abril, responde a una situación que llevaba gestándose
dentro del PCPE al menos tres años. Y que no supimos impedir; estuvimos
confiados y cometimos errores al subestimar la irresponsabilidad de este grupo
y su falta de ética.
El Secretariado Político del Partido
convocó el V Pleno para el 22-23 de abril, en el que el asunto principal a
tratar era la cuestión de la fracción y sus actuaciones contrarias a la
organicidad del Partido, al centralismo democrático, y a la misma lealtad al
proyecto del PCPE.
Ese grupo había decidido romper con el
Partido de una forma definitiva antes de esa fecha. La página web con la que
tratan de usurpar nuestra personalidad como Partido, la registraron un mes
antes del V Pleno, cuando realizaron un ataque a nuestras páginas
y , para tratar de hacerse con el
control de las mismas. Pretendían anunciar, desde los medios oficiales del
PCPE, el golpe contra la Dirección del Partido, con lo cual el efecto de engaño
habría tenido una potencialidad mayor.
En el desarrollo de la gestación
de esta fracción, una característica que dificultó en buena medida una solución
superadora dentro de la unidad del Partido, fue su negativa al debate claro y
directo de sus diferencias políticas con el proyecto del PCPE. Con esa negativa
al debate el camino al que recurrieron fue a la conspiración y a la quiebra de
la democracia interna partidaria. Un camino suicida. El PCPE es una
organización curtida en la lucha revolucionaria, que representa unos valores
superadores de la vieja traición cainita de cierta izquierda, y esas vías no
tienen cabida entre nosotros.
Es su desesperación, ante esta fortaleza
del PCPE, la que les lleva a esta maniobra sin ningún sentido, y marcada por
una ausencia total de ética revolucionaria. Creo que nunca se ha visto en el
comunismo español una actuación tan sucia y mezquina, una traición tan
miserable. Quiénes han protagonizado estos actos, si alguna vez pasan a la
historia del comunismo en este país, será precisamente por esa actuación tan
contrarrevolucionaria y tan ajena a los principios revolucionarios, y no por
nada bueno a favor de la clase obrera.
¿Cómo se digiere que haya dos direcciones,
dos webs….?
Eso no se digiere. Eso es un disparate
que supera cualquier pensamiento lógico.
Eso nos llevó, al conocer esa
información el día 23 cuando todavía estaba reunido el Comité Central, a
realizar una foto de los miembros que estaban en la reunión al finalizar el V
Pleno. Se nos ocurrió como una forma gráfica de poner de manifiesto la
disparatada maniobra falsaria.
Esto parece que nos puede enfrentar a
una batalla, dentro de la legalidad burguesa, para conseguir desautorizar esa
usurpación que están haciendo. Entiendo que la fracción cuenta con que el
tiempo de resolución de la cuestión en ese ámbito judicial les otorgue un plazo
para conseguir un acomodo en un cierto espacio político a través del engaño.
Eso no tiene nada que ver con una posición revolucionaria, enredar en los
tribunales burgueses para tratar de conseguir objetivos políticos es una
maniobra ajena a al proyecto que defendemos, a nuestros principios y a nuestra
ética.
Pero esa batalla judicial que se pudiera
dar, en ningún caso impedirá que el proyecto del PCPE se siga desarrollando en
la práctica. La batalla que damos no es una batalla en el espacio cibernético,
aunque algunos así lo crean. La batalla se da en la lucha de clases, y en el
seno de la clase obrera. Y en ese terreno las organizaciones del Partido tienen
una capacidad incuestionable.
¿Por qué surge este grupo que encabeza
Astor García?
En estos últimos tiempos, en los que
hemos estado peleando para que no se materializara la fracción, hemos insistido
mucho en la relación entre ética revolucionaria y conciencia de clase. La ética
revolucionaria se construye colectivamente en el seno del Partido como
consecuencia de la intervención práctica de su militancia en la lucha de clases
y del alto grado de conciencia de clase de la misma.
Para, de ahí, concluir que, cuando no
existe ética revolucionaria, lo que se pone de manifiesto es la ausencia de
conciencia de clase.
Esta fracción ha actuado, y sigue
actuando, con una total falta de ética revolucionaria (por ejemplo simular una
reunión del Comité Central del PCPE), y ello lo que pone de manifiesto es la
ausencia de conciencia de clase de sus miembros.
Cuando en el debate del Comité Central
nos preguntábamos por la base material de esta fracción, algún miembro del CC
valoró el cómo en el escenario de la crisis capitalista, larga y dura, una
parte de la pequeña y mediana burguesía se radicaliza por el fracaso de su vida
personal a que les lleva el sistema capitalista, e idealiza la lucha en el
Partido Comunista, con su aureola de historia gloriosa, y se incorporan a las
filas del PC. Pero esas fracciones burguesas no quieren demoler el sistema, tan
solo quieren colocarse en él con mayores ventajas (son rebeldes, no
revolucionarios). Cuando la lucha del Partido no avanza con el ritmo que exigen
sus apetencias e intereses personales, entran en desesperación, concluyen que
la política del Partido es errónea y que ellos serían capaces de lograr mayores
éxitos en el corto plazo tirando por otros atajos. Lenin escribió también sobre
estas infiltraciones de la burguesía en el seno de la clase obrera, y tuvo que
dar batallas similares a esta.
Este problema de composición de clase ha
sido especialmente significativo con los CJC. Donde en su Dirección Central se
nos colaron hijos e hijas de la burguesía acomodada, que fueron la cabeza de
ariete de la operación de la fracción contra el Partido.
En el proceso histórico es el caso de
Moral Santín. Algunos de los miembros de la fracción tienen su futuro en esa
misma dirección.
¿Qué diferencias ideológicas o
estratégicas hay para que no se puedan dirimir en los órganos internos?
Hay dos cuestiones: una hace referencia
a la cultura comunista, al cómo se debate en un Partido Comunista, y otra hace
referencia a posiciones políticas e ideológicas que dan soporte a la fracción.
En el primer caso hay que decir que la
Dirección del PCPE apostó por hacer un buen debate en su X Congreso, hace menos
de un año, y que ese debate resolviera las cuestiones que planteaba el grupo
fraccional. El X Congreso ratificó la línea histórica del proyecto del Partido
iniciado en 1984, rechazó las posiciones políticas que defendieron los miembros
de la fracción. Fue un Congreso en el que se debatieron todas las enmiendas
presentadas a las Tesis, a nadie se le impidió explicar su posición.
El X Congreso aprobó unas Tesis, con
amplio acuerdo, y un nuevo Comité Central.
El problema es que a continuación los
miembros de la fracción no aceptaron lo aprobado en el Congreso, y empezaron
sus maniobras para llegar a lo que se ha expresado estos días.
Las posiciones ideológicas que marcan a
la fracción tienen que ver con diversos aspectos de la lucha de clases. En el
marco internacional la negación de una política de alianzas en la lucha
antiimperialista, que siempre hemos concretado en nuestra propuesta de Frente
Mundial Antiimperialista. Y en el Estado Español no asumen la cuestión del
Estado plurinacional y el derecho de autodeterminación; no comparten nuestra
línea de unidad del movimiento obrero en los Comités para la Unidad Obrera,
CUO; no comparten la línea de trabajo de masas que definió el Congreso, que es
una elaboración muy avanzada de nuestras Tesis; tampoco aceptan nuestras
elaboraciones de la lucha por la liberación de la mujer; y tampoco el carácter
socialista de nuestras alianzas en España, en la propuesta de Frente Obrero y
Popular por el Socialismo.
Son unas posiciones que beben mucho de
la tradición del PCE. Por ello una de las dudas en esta situación es si detrás
de todo lo que hace la fracción hoy está una estrategia de unidad con “el
sector leninista del PCE”, con quienes mantienen buenas relaciones.
Otra cuestión también, es el apoyo que
el KKE ha dado al nacimiento de esta fracción.
En el Movimiento Comunista Internacional
hay quienes quieren romper las débiles estructuras de unidad que se han
articulado en estos últimos años, y, cómo el PCPE se niega a participar en
ningún proceso de ruptura, se ha llegado a la disparatada actuación de dar
apoyo y reconocimiento a esta fracción. El KKE comete un grave error, y no hará
falta mucho tiempo para que entienda su tremenda equivocación.
Afortunadamente esta actuación del KKE
está provocando un tremendo rechazo en los Partidos Comunistas, que mantienen
su lealtad al PCPE.
Si no fuera por el apoyo internacional
que se le ha facilitado, la fracción no habría tomado la decisión de romper. En
estos días se confirma que ello constituye un factor fundamental para darles
vida, y unos ciertos fuegos artificiales iniciales. En la práctica de la lucha
política real su enorme debilidad quedará en evidencia en las próximas semanas.
La legalidad y la legitimidad del PCPE
está en su X Congreso, por eso la fracción hace bandera de ese X Congreso,
cuando en realidad ni acepta las Tesis aprobadas, ni acepta al Comité Central
elegido. A modo de comparación histórica, recordar que Franco cuando da el
golpe de estado, lo hace diciendo que su objetivo es el de defender la república.
Es la lógica falsaria de los golpistas.
¿Por qué la CJC suspendieron
relaciones con el PCPE?
La fracción utilizó a los CJC como la
cabeza de ariete de su operación.
A la vista de su incapacidad para ganar
una mayoría en el PCPE, se dedicaron a conspirar con los CJC.
Empezaron en Cataluña, con una línea de
confrontación continuada con el PCPC. Cuestionando el protocolo que el PCPE
tiene con la organización en Cataluña, lo que era una expresión de la negación
de la cuestión del Estado plurinacional.
Eso, unido al factor de clase que señalé
antes, llevó a los CJC a una deriva podemita, que se alejaba por días del
proyecto revolucionario del PCPE.
Ahora estamos trabajando en la
recuperación de los CJC, a partir de quienes no participaron en la estrategia
de ruptura y se mantuvieron leales al Partido.
Tenemos una buena base para empezar,
para tener una organización juvenil que sí se corresponda con el proyecto del
PCPE. La base de partida es la mejor, pues quienes se quedaron ya pasaron, y
con nota, la prueba del intento liquidador.
¿Qué consecuencias tiene esta crisis
interna entre los comunistas que están dentro y fuera del PCPE?
Toda fracción en un Partido Comunista es
una traición contra la clase obrera, porque daña a la herramienta principal de
la que dispone para avanzar hacia su emancipación. Tendremos daños, sin duda,
pero no tan importantes como algunos pretenden. Y de este aprendizaje tendremos
que salir con una organización más fuerte y más unida.
También hay que decir que desde fuera
del Partido nos llegan apoyos de quienes no están en la organización y se
indignan ante este espectáculo que se ha organizado, y ante el carácter
liquidador de la maniobra.
Iniciamos ahora un nuevo censo del
Partido que se cerrará el 30 de junio, e iremos a una Conferencia Estatal de
Organización antes de fin de año, que cerrará esta crisis.
Las fracciones al principio son muy
llamativas, especialmente en el espacio cibernético, pero su recorrido suele
ser muy corto en el tiempo. El PCPE lleva casi treinta y cinco años en su
proceso de lucha y construcción. No se puede pretender que ahora un grupito,
que sabe muy poco de la lucha revolucionaria, y que tiene menos disciplina
militante, vaya a hacer una gran organización de la noche a la mañana.
En unos meses quedará claro que el PCPE
sigue desarrollando su proyecto con firmeza, y que las posiciones más
reformistas y contrarrevolucionarias irán marcando los movimientos de la
fracción.
Tendremos que hacer un intenso trabajo
para explicar todo esto a la clase obrera. Pero nuestra militancia está bien
curtida en estas tareas.