"El TiSA impedirá que Gobiernos puedan devolver los servicios públicos
cuando las privatizaciones fracasen, restringirá reglamentaciones nacionales
relativas a la seguridad de los trabajadores y limitará las reglamentaciones en
materia de medio ambiente y protección de los consumidores"
La nueva filtración de documentos
demuestra que los Gobiernos buscan entregar servicios públicos a manos privadas.
Lo revelado por WikiLeaks significa que
con este acuerdo se avanza mucho más allá del comercio y se adentra en aspectos
que tocan al factor humano y responden a una "agenda política
profundamente liberalizadora".
En pocas palabras: cambiaría el papel y
la capacidad normativa correspondiente a los Estados para imponer "la
desregularización que los 'lobbies' privados exigen a los negociadores".
Servicios públicos como mercancías
Lo que se ha venido conociendo desde el
año 2014 hasta la fecha sobre el verdadero significado y alcance del TiSA ha
disparado las alarmas en diversos sectores sociales en varios países. Los
últimos documentos filtrados han avivado aun más la polémica.
WikiLeaks ha abierto nuevamente la caja
de Pandora sobre los tratados comerciales mundiales y en sus más recientes
revelaciones reseña que más de 50 países han estado en conversaciones secretas
cada vez más firmes para hacer realidad el Acuerdo Sobre Comercio y Servicios
(TiSA, por sus siglas en inglés) e involucrar cada vez más al sector privado en
los servicios públicos, informa Público.
Según lo develado por la organización de
Julian Assange, los países promotores del tratado buscan tener más control
sobre los servicios y piden conocer de antemano las iniciativas en el marco legal
que puedan adelantarse.
En Panamá, la experta financiera Gisela
Pérez publicó en el diario 'La Estrella de Panamá' un artículo de opinión
titulado 'Nuevo Orden Mundial', en el que desarrolla detalladamente los
aspectos de las negociaciones de este acuerdo comercial que se mantienen en
secreto.
Para Pérez, "el TiSA impedirá que
Gobiernos puedan devolver los servicios públicos cuando las privatizaciones
fracasen, restringirá reglamentaciones nacionales relativas a la seguridad de
los trabajadores y limitará las reglamentaciones en materia de medio ambiente y
protección de los consumidores".
Además, insiste en señalar lo peligroso
que es "tratar a los servicios públicos como mercancías destinadas al
comercio, porque crea una aberración conceptual acerca de la dignidad
humana".
En España, el Colegio de Abogados de
Barcelona sacó un comunicado rechazando la negociación. Para esta agrupación de
profesionales del derecho este acuerdo "supone un cambio de modelo que
promueve que los prestadores de servicios se basen en criterios mercantilistas
y dejen de lado los valores que realmente tienen que mover el ejercicio de
profesiones liberales como son la confianza, la honestidad y la lealtad".
Por su parte, el actual canciller del
Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, indicó que para su país los servicios relacionados
a la agricultura, la minería, la ganadería y las manufacturas representan casi
el 30 % del valor total de sus exportaciones.
En declaraciones recogidas por el portal
web República, Nin Novoa indicó que, aunque Uruguay se retiró de las
negociaciones y no está dentro de la agenda de trabajo de la administración
actual, "el TiSA va a volver".
TiSA = Made in USA
Uno de los mayores promotores de este
tipo de acuerdos de concertación comercial ha sido Estados Unidos.
Específicamente, el TiSA agrupa 23 países pertenecientes a la Unión Europa,
Asia, Oceanía y algunos de América Latina, bajo la premisa de "promover la
liberalización a escala global de la economía de servicios" como la banca
pública o el transporte.