La Unión
Europea, sus raíces en la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), en la
Comunidad Económica Europea (CEE) y su evolución desde el Acta Única Europea en
1987 y firma del tratado de Maastricht en 1992 es inseparable del conjunto de
procesos sociales, políticos y económicos que nos muestra la actual fase del
capitalismo. Esta unión, dirigida por las principales potencias al servicio de
monopolios y grandes multinacionales con intereses económicos de gran calado en
su construcción y gestión, se conforma desde su nacimiento de forma inequívoca
en el polo imperialista europeo.
Para
los jóvenes españoles la Unión Europea, su carácter y como afecta a diferentes
aspectos de su vida, tales como los estudios y el trabajo, pasa por ser un tema
muy recurrente y que precisa de una mayor insistencia en la clarificación por
nuestra parte, intentado incidir en la correcta caracterización de la UE y de
confrontación con las posiciones del oportunismo juvenil, representado en
diferentes vertientes por organizaciones de todo tipo, tanto políticas como
sindicales y sociales.
Ésta
lucha contra el oportunismo juvenil debe ligarse al desarrollo de la lucha de
clases para comprender cada momento y explicar a jóvenes estudiantes y
trabajadores la realidad de nuestros análisis, la necesidad de la organización
y el sentido y orientación de las luchas.
En
estos tiempos, los ataques que se producen desde el capital, con la Unión
Europea al frente se revelan con tanta fuerza contra los derechos de los
jóvenes estudiantes y trabajadores que paso a paso van demostrando la justeza
de las posiciones políticas de nuestro proyecto.
A día
de hoy, las cifras de paro juvenil en la UE son alarmantes: 5,5 millones de
jóvenes europeos se encuentran en situación de desempleo, con una tasa del
23,4%, situándose España a la cabeza –solo superada por Grecia- con un 56,1% y
más de 900.000 jóvenes, una sexta parte del total de la unión.
En esta
situación, el capitalismo intenta de forma desesperada gestionar su crisis con
medidas que en nada benefician a la juventud estudiante y trabajadora, siendo
buena muestra de ello el llamado “Plan de Garantía Juvenil”1, destinado a jóvenes menores de 25
años. Este plan consagra la explotación juvenil con prácticas no remuneradas en
la modalidad de formación en el empleo, la precariedad laboral en la
contratación y facilita por ejemplo la gestión en la colocación de las Empresas
de Trabajo Temporal.
A nivel
europeo, este plan se destapa como estrategia común de la Unión Europea, que a
través de las burguesías de los respectivos estados miembro se coloca, en un
claro interés de clase, del lado de los empresarios y sus intereses.
En este
sentido, en los próximos días el comisario europeo de empleo y asuntos sociales
László Andor, impartirá una conferencia en Bruselas en compañía de altos cargos
de la UE y empresarios para mostrar la significación de la aplicación del
citado plan y como contribuirá a ser el enésimo intento del capitalismo para
remontar su tasa de beneficios, tocada desde el estallido de la crisis.
En
definitiva, la mayoría de jóvenes de este país no tienen acceso al mercado
laboral, engrosando las filas del paro y viéndose condenados a la creciente
emigración o en el mejor de los casos, a aceptar trabajos donde la precariedad,
los salarios de miseria y las condiciones abusivas marcan las modalidades de
contratación.
A todos
estos ataques se suman los que implican a los jóvenes estudiantes,
contextualizados en un proceso de desmantelamiento de la educación pública tal
como la conocimos y de búsqueda por parte de oligarquía de nuevos espacios para
generar beneficios. Se constatan también crecientes dificultades en las
condiciones de los estudiantes de primaria y secundaria de la UE, como el
aumento de la ratio de alumnos por aula que no solo afecta a los jóvenes
españoles.
En la
universidad se producen ataques en los países de la UE, con el objetivo de
reducir la calidad de la universidad pública frente a la privada, como pretexto
en la apertura de la educación a grandes capitales privados para la gestión y
obtención de beneficios, mostrando con toda su crudeza lo que significa el
denominado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y la creciente
implantación de la Estrategia Universidad 2015.
Por
todo ello, para los jóvenes estudiantes y trabajadores del estado, la Unión
Europea se manifiesta como una unión imperialista reaccionaria que condena –más
si cabe- a la mísera, al paro y a la precariedad a los hijos e hijas de la
clase obrera. La decidida lucha por la salida del € y de la UE debe de ir
acompañada por el fortalecimiento de las organizaciones de clase, del Partido
Comunista y de su Juventud, levantando respuestas a los ataques en clave de
contraataque y poniendo de manifiesto que ésta salida debe pasar por el poder
obrero. Y para avanzar en estas claves contribuiremos decididamente los jóvenes
comunistas de este país.
Sócrates
Fernández