Declaración del Comité Ejecutivo del PCPE
sobre la situación en Catalunya
El bloque oligárquico-burgués, ante la profunda crisis de su sistema de dominación, trata de consolidar su poder absoluto abriendo un proceso de Segunda Transición.
Hoy, como ayer, la clase obrera ha de luchar contra ese proceso de colaboración de clases y organizar sus filas para seguir su propio camino de forma independiente
LA CRISIS ECONÓMICA SE CONVIRTIÓ EN CRISIS EN LA CÚSPIDE
Toda crisis que ocurre en la base económica se convierte, antes o después, en crisis de la superestructura. El actual camino, emprendido por un sector de la burguesía catalana, ha añadido un factor más que profundiza la actual crisis política del sistema de dominación en España. Esta situación el PCPE la ha caracterizado, hace tiempo, como crisis en la cúspide. Las clases dominantes de nuestro país, siguiendo su conocida línea pragmática, optan por aprovechar esta situación de conflicto para abrir camino a los consensos sociales necesarios que le permitan dar salida a su difícil situación sin perder la hegemonía.
Así, la agudización de la confrontación política y social en Catalunya, se va desarrollando en estos días hacia un claro avance en el reforzamiento de las posiciones más reaccionarias y autoritarias del dominante bloque oligárquico-burgués, cuyos intereses defiende y representa el actual Estado Español.
Asistimos a un claro cierre de filas de las fuerzas sistémicas en la defensa de la integridad territorial de la nación española como recurso político fundamental para mantener una dominación de clase que, como consecuencia de la crisis general del capitalismo, se ejerce cada día de forma más violenta, restrictiva de las libertades, y sustentada en lo económico en una brutal sobreexplotación de la fuerza de trabajo. El paro, la miseria, la desigualdad y la violencia del Estado golpean cada día con más fuerza a la clase obrera y a los sectores populares.
La férrea defensa de la unidad del mercado, como mejor garantía de la supremacía de los monopolios, y una posición de encadenamiento a la UE son, junto a la necesidad de las clases dominantes de sacar del debate político y electoral los recortes sociales y la creciente pobreza, el paro y la precariedad laboral, muestra inequívoca del carácter clasista de esta estrategia. Estrategia que tiene el objetivo de alcanzar el máximo consenso político y social en defensa de lo que el actual gobierno de España presenta como “un acuerdo sobre la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles y el cumplimiento de la ley”.
BUSCANDO UNA SALIDA EN LA SEGUNDA
TRANSICIÓN
A estas alturas del siglo XXI ee agotó
el efecto balsámico que la Primera Transición tuvo sobre el desarrollo de la
lucha de clases en España, que facilitó la recomposición del capitalismo en
nuestro país a la salida de la dictadura anterior.
Hoy es el mismo bloque dominante de
siempre el que hace un insistente llamamiento político destinado, en última
instancia, a dar cobertura legal e institucional al ya iniciado proceso de la
Segunda Transición, y a la búsqueda de unos nuevos Pactos de la Moncloa.
Proceso en el cual el bloque oligárquico-burgués trata de integrar a una amplia
variedad de fuerzas políticas y sociales, para dotarse de los consensos que
necesita para legitimar la continuidad de su brutal y antidemocrático sistema
de dominación.
Esas clases dominantes tratan de que la,
más que probable, reforma de la Constitución del 78 se dé en ausencia lucha a
la ofensiva de la clase obrera. Y con la colaboración complaciente de las
fuerzas políticas y sociales situadas en el oportunismo político tratan de
establecer un amplio acuerdo sobre la base de la defensa de la economía de
mercado, la pertenencia a la UE y a la OTAN, y la supuesta unidad indisoluble
de la nación española. Un acuerdo político que, silenciando el conflicto social
y la confrontación de clases, dé lugar a un nuevo periodo de estabilidad al
capitalismo español en las próximas décadas. Se trata de resolver la profunda
crisis política –crisis en la cúspide-, consolidando la hegemonía de un
reestructurado bloque oligárquico–burgués que, de salir victorioso, aprovechará
la ocasión para iniciar una aún más violenta ofensiva desde el poder del Estado
contra la clase obrera y los sectores populares de todos los pueblos de España.
LA CLASE OBRERA TIENE SU PROPIO CAMINO
El PCPE llama a la clase obrera a seguir
su propio camino, a no combatir bajo pabellón ajeno.
El PCPE es una organización
revolucionaria independiente que no participará en ninguna estrategia de las
clases dominantes destinada a perpetuar la explotación de la clase obrera. Nos
opusimos a la Primera Transición y a los Pactos de la Moncloa, y rechazamos
frontalmente este nuevo proceso que trata de legitimar política y socialmente
el futuro del decadente y reaccionario capitalismo español. El capitalismo
futuro, mientras no sea derrotado y destruido, no será otra cosa que
sobreexplotación, desigualdad, miseria, guerra, injusticia, opresión y
violencia; es decir, continuidad de la dictadura del capital.
No hay libertad ni autodeterminación
posibles en el marco de la UE y la OTAN, ni bajo la monarquía parlamentaria
española. No hay avance social posible sin debilitar la actual dominación de
clase; para lo que es necesario golpear y socavar con la lucha revolucionaria
las bases materiales, políticas e ideológicas de esa dominación. En el Siglo
XXI la burguesía, que es la clase que, en última instancia, pilota el proceso
soberanista de Catalunya, jamás puede ser un factor de progreso. Por ello,
quienes desde posiciones referenciadas en el campo popular llaman a la clase
obrera y a los sectores populares en Catalunya a situarse detrás de la
estrategia de esta fracción de la burguesía se convierten en útiles compañeros
de viaje al servicio de la fracción que dirige el proceso, fracción que nunca
renunciará a la explotación de la clase obrera como base de su sistema de
dominación, ni en España, ni en una hipotética República Catalana. En un
hipotético estado burgués catalán integrado en la Unión Europea, la clase
obrera y el pueblo trabajador de Catalunya no tienen nada que ganar.
El firme compromiso del PCPE con el
derecho a la autodeterminación de los pueblos y, consecuentemente, con el
derecho del pueblo de Catalunya a decidir su futuro libremente, no se verá
alterada ni un milímetro por ningún llamamiento unitario realizado desde el Estado.
Es una posición de principios que nos reafirma en nuestra postura clasista, y
por ello, a la vez que rechazamos la posición reaccionaria del gobierno
español, nos lleva a denunciar el proceso que hoy se vive en Catalunya como una
farsa política y social en la que casi nada es lo que dice ser, y donde se
pretende confundir su soberanía nacional y el legítimo derecho del pueblo
catalán a decidir su futuro con los intereses y necesidades de una fracción de
su burguesía.
Estamos en la etapa de las revoluciones
socialistas, que vendrán como consecuencia del grado de agotamiento de la
formación socio-histórica capitalista y del altísimo desarrollo de las fuerzas
productivas, que crean las condiciones para la victoria de la clase obrera y su
conversión en clase hegemónica en la sociedad.
El PCPE, posicionando a la clase obrera
en el centro de la lucha política de clases, y reivindicándola como la mayoría
social que todo lo produce y por ello todo lo ha de decidir, materializa las
condiciones imprescindibles para el ejercicio del derecho a la libre
autodeterminación de los pueblos. Ejercicio del derecho de autodeterminación
entendido como un proceso de liberación de una situación de opresión hacia un
estado superior de desarrollo social y político que, así, se puede concretar en
la independencia de una nación si, en ese contexto, el pueblo lo decide.
El PCPE propone a la clase un nuevo
paradigma, que se concreta en la República Socialista de carácter Confederal,
que sea resultado de la libre y voluntaria unión de los pueblos y
naciones de España. En ese contexto se crean las condiciones para que, también,
el pueblo de Catalunya se pueda expresar en un verdadero referéndum de
autodeterminación que le permita decidir sobre su futuro, independiente o
no, sin tener que elegir entre unas u otras cadenas.
El PCPE llama a la clase obrera de todo
el Estado a organizar el contraataque frente a las estrategias del bloque
oligárquico-burgués que trata de perpetuar su dominación absoluta reprimiendo
violentamente, una vez más, los derechos nacionales del pueblo de Catalunya.
Llamamos a la clase obrera catalana a no ser cómplice de las propias
estrategias de la recomposición capitalista de la burguesía.
La unidad combatiente de la clase obrera
plantará cara a la estrategia de la Segunda Transición y abrirá el camino a la
lucha por el poder obrero y el socialismo. El PCPE asumirá consecuentemente su
papel al frente de la lucha revolucionaria de la clase obrera por su
emancipación.
¡Por el derecho de autodeterminación. Por
la unión libre y voluntaria de los pueblos y naciones de España en una
República Socialista de carácter Confederal!