1.- El origen del vínculo
trasatlántico
La
ubicación geográfica de nuestro país despertó el interés del imperialismo
norteamericano a mediados del siglo pasado. Los acuerdos propuestos, en 1953,
por el presidente Eisenhower a las autoridades franquistas se daban en un marco
general de fuerte aislamiento y desprestigio de la Dictadura en el exterior, y
contenían un total de tres convenios: uno sobre la Ayuda para la Mutua Defensa,
otro para la Ayuda Económica y un último de naturaleza defensiva. Todo ello
permitía a la Dictadura romper paulatinamente con su condición de paria
internacional, además de la parcial modernización del Ejército español y una
moderada compensación económica a cambio de la instalación de un total de
cuatro grandes bases militares, tres de ellas aéreas –Torrejón de Ardoz, Morón,
y Zaragoza– y una naval –Rota–.
El
establecimiento de tan estrecha relación sería un elemento indispensable para
la inserción plena de España en las dinámicas y tendencias del imperialismo
internacional, que sentaba las bases para su adhesión futura a las estructuras
militares europeas y trasatlánticas con los Estados Unidos como principal
valedor.
2.- OTAN, de entrada no
La
incorporación plena de España a la estructura militar de la OTAN puede ser
considerada como una de las más claras muestras del compromiso adquirido por
parte de la oligarquía española con el imperialismo estadounidense, incluso
tras la finalización de la dictadura franquista. Si bien ya, de manera previa a
la celebración de las primeras elecciones tras la muerte del dictador Franco,
el presidente Carlos Arias Navarro anunciaba, a comienzos de 1976, la posible
incorporación de España a la Alianza Atlántica, tal cuestión no sería objeto de
debate parlamentario hasta 1981, cuando el presidente Calvo Sotelo recomendaba
su tramitación en la Cámara Baja pese a la oposición del PSOE y el PCE. Dos
semanas después, fue aceptada la adhesión con 180 votos a favor, 126 en contra
y 2 abstenciones, decisión ratificada un mes después autorizando al Gobierno el
cursar petición formal de incorporación a la OTAN, que se terminaría efectuando
el 30 de mayo de 1982 como miembro número 16.
Después
de dejar en suspenso el proceso de integración, tras su victoria electoral en
las elecciones de 1982, los socialistas, liderados por el ínclito Felipe
González, terminarían decantándose fervorosamente por ella ante la celebración
del referéndum de 1986, bajo una serie de condiciones tales como la reducción
progresiva de la presencia militar estadounidense en suelo español, la
recuperación de la soberanía española sobre el Peñón de Gibraltar o la no
incorporación de España a la estructura y actividades militares de la OTAN.
Huelga decir que tales condiciones terminarían siendo desatendidas, cuando no
violadas flagrantemente, tras la victoria del “Sí” en el referéndum.
3.- La presencia militar
estadounidense en España
A
partir de entonces, las concesiones realizadas por la oligarquía española al
imperialismo norteamericano no harían sino acrecentarse, teniendo en 1989 un
hito sin precedentes: la ratificación del Convenio de Colaboración para la
Defensa, que aún hoy rige el marco general de las estrechas relaciones en
materia militar entre los Estados Unidos y España con determinadas
modificaciones. La última de estas enmiendas, solicitada por los EEUU en 2012 y
ratificada mediante procedimiento de urgencia en junio del presente año,
permite el despliegue permanente de una fuerza militar de respuesta a la crisis
en la base aérea de Morón de la Frontera, que permita al imperialismo
norteamericano defender de forma más resuelta sus intereses en África y Oriente
Medio gracias a la presencia de hasta 3.000 infantes de Marina.
De este
modo, España se convierte en el país que, de forma relativa, está experimentado
un mayor crecimiento de la presencia militar estadounidense, aunque otros
países hayan albergado tradicionalmente un mayor número de tropas
norteamericanas. Si en 2008 había 1130 militares estadounidenses en nuestro
país, a comienzos del presente año la cifra ascendía a 2721, ampliable en otros
2150. Ello supondría un incremento del 400% de la presencia militar
estadounidense en nuestro suelo.
4.- El vínculo trasatlántico 62
años después
Con la
implementación de su nuevo concepto estratégico en el año 2010, la OTAN
procedería a la creación de una nueva estructura de mandos y distribución
geográfica de Cuarteles Generales de la Alianza. Como producto de dicha
transformación, España acogería uno de los dos Centros de Operaciones Aéreas
Combinadas (CAOC), localizado en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz.
Dicho centro, sin duda alguna el más trascendental para la estructura militar
del conjunto de sus instalaciones atlánticas sobre nuestro suelo, tiene en la
actualidad la responsabilidad de todas las operaciones aéreas de la región sur
de Europa. Asimismo, España cede hoy a la Alianza Atlántica el Centro de
Excelencia contra Artefactos Explosivos Improvisados, situado en el municipio
madrileño de Hoyo de Manzanares, además del Cuartel General Terrestre de Alta
Disponibilidad en el municipio valenciano de Bétera.
Otra
aportación fundamental, que incardina plenamente a España en la estructura
militar del imperialismo trasatlántico, es el permiso de estacionamiento en la
Base Naval de Rota a cuatro destructores de la Marina estadounidenses clase
“Arleigh Burke” equipados con el sistema de combate AEGIS, parte fundamental de
la arquitectura del Sistema de Defensa contra Misiles Balísticos de la OTAN,
más conocido como “Escudo anti-misiles”.
5- España, pupilo aventajado del
imperialismo
Desde
el punto de vista económico, los sucesivos Gobiernos de nuestro país han
mostrado, de forma reiterada, su pleno compromiso con la OTAN, alcanzando el
dudoso honor de ser su séptimo contribuyente en lo que a financiación directa
se refiere –aquella desembolsada por los Gobiernos nacionales ante cualquier
requerimiento–. Además, España, como miembro activo de la Alianza Atlántica,
ocupa un destacado papel en términos de financiación indirecta –la realizada a
través de las respectivas partidas de Defensa de los Presupuestos Generales en
forma de soldados, equipamiento o armamento–, siendo el quinto país que mayor
número de tropas dispone para la ejecución de las operaciones lideradas por la
OTAN.
En la
actualidad, España participa en un total de 5 misiones de la Alianza Atlántica,
entre las que es posible destacar, por número de efectivos destinados, “Apoyo a
Turquía” (130), “Ocean Shield” en el Cuerno de África (240), “Apoyo a Irak”
(300) y “Resolute Support” en Afganistán (435). Desde su ingreso en la
estructura militar, España ha participado en más de 60 operaciones y misiones
de diferente naturaleza y duración a lo largo de todo el globo.
6.- Trident Juncture 2015: a
bayoneta calada
Durante
los próximos meses de octubre y noviembre se realizará en España, Italia y
Portugal el ejercicio de alta visibilidad más importante y con mayor despliegue
de tropas realizado en la historia de la Alianza Atlántica, denominado “Trident
Juncture 2015”. Durante este ejercicio, 30.000 soldados de hasta 35 países
serán desplegados en 16 localizaciones –la mitad de ellas ubicadas en nuestro
país–, con un doble objetivo: el adiestramiento conjunto de una fuerza
multinacional de tales dimensiones y la arrogante y, pretendidamente
disuasoria, demostración de las capacidades militares del imperialismo
trasatlántico utilizables ante cualquier eventualidad que pueda contravenir sus
intereses. Durante 17 días, los cielos de España, Portugal e Italia serán
sobrevolados por 129 aviones y 16 helicópteros; sus aguas más cercanas serán
surcadas por 53 buques y siete submarinos.
La
contribución de España a la realización de estos nuevos ejercicios de la OTAN,
que no hacen sino ratificar el papel de España como actor fundamental en los
conflictos bélicos que se avecinan, ascenderá a un total de 8.000 soldados, la
más numerosa de todo el ejercicio