¿Alguna vez os
habéis planteado trabajar cómo trabajadores de Telemarketing? Hoy os explicamos
detalladamente los procesos que tiene que pasar un trabajador hasta que
consigue hacerse con el puesto de trabajo: pasando por una primera fase que
consiste en trabajar 15 días gratuitos con el riesgo de no ser seleccionados en
el último momento; hasta una segunda, dónde una vez ya seleccionado os tocará
sufrir las condiciones precarias de contratación.
Este artículo se puede
encontrar en el Tinta Roja 25
Por medio de una empresa de trabajo
temporal, hará un par de años, yo y mi compañero de piso (ambos en paro)
conseguimos acceder a las pruebas de selección para teleoperadores de la
empresa Qualytel (que trabajaba directamente para Vodafone). Esta fue la
primera vez (al margen de durante las prácticas de la FP o similar) en la cual
tenía que hacer un cursillo de 15 días, no remunerado, para poder optar
al puesto. La cosa estaba ya mal, así que cerca de 20 personas accedimos al
curso-proceso de selección.
Hay que resaltar que la empresa recibía dinero
de los Fondos Sociales Europeos por cada uno de los que accedían al curso,
aunque no estaba asegurada la posterior contratación para nadie. Aun así, era difícil
de creer que después de estar durante 15 días y 6 horas gratis haciendo un
cursillo de formación se atreviesen a echar a alguien. Sin embargo, sin ningún
pudor, el 14º día del cursillo, cuando la gente ya comentaba en qué
departamento iba a ser asignada, fueron despedidas dos compañeras de
origen colombiano (una de las cuales se incorporó después repitiendo este
cursillo de 15 días). Esta práctica de trabajar gratis durante periodos
de 15 días – 1 mes, que en aquel momento era nueva para mí, hoy se aplica en
multitud de grandes empresas zaragozanas como Balay, Alumalsa o Inditex.
Una vez comenzamos a trabajar como
teleoperadores, lo más importante a destacar son las condiciones precarias
de contratación. Durante los primeros dos años, la práctica totalidad de
trabajadores lo está por medio de una ETT y renuevas tu contrato cada mes o
dos meses. De esta forma pueden reciclar permanentemente a los trabajadores
y preparar nuevos cursos de selección con los que recibir ayudas de la UE. En
mi caso concreto duré 4 meses hasta que decidieron despedirme. Mi compañero
llegó a permanecer 8 meses y abandonó él mismo el trabajo por otro mejor y
conozco gente que aún continúa y, tras más de dos años, ha conseguido que lo
contrate la empresa directamente y mejorar, aunque sea un poco, sus condiciones
laborales. Sin embargo, es destacable que pasados dos meses, de los de mi curso
de selección y el de mi compañero (eran dos clases, que sumaban entre ambas
cerca de 40 personas) apenas quedaba el 25% de los trabajadores.