“… aún me quedan redaños para deciros las cosas a la
cara, a mí no se me quedarán en la boca; me dolerían las muelas y os las escupo
… cuervos que vais al olor del botín, chupasangres, hijos de mala madre. ¿Acaso
creéis que no os conozco?. Sois iguales que los buitres, sois los enemigos del
pueblo. Seguro que con una vieja no os atreveréis y por eso hablo, es posible
que si no también callara como todos, por miedo. Yo os he visto muchas veces
por aquí, con vuestras boinas rojas y el corazón negro … matando y robando en
el nombre de Dios y de la patria. Sois asesinos, traidores.
Ya
vendrán Algún días en que nuestros hombres, nuestros hijos os den vuestro merecido.
Algún día se tendrá que acabar la mala hierba y la mala sangre. ¿Creéis que el
pueblo no se acuerda de cuando matasteis allá abajo al alcalde y a los mejores
mozos de este pueblo? Desgraciado del que me hable de piedad, perdón y
compasión. Os llevasteis a mi hijo. Lo habéis matado. Asesinos. Canallas.”