La
primera línea de largo recorrido de España, inaugurada oficialmente el 25 de
mayo de 1858 por la Reina Isabel II, fue el tren Madrid-Alicante. Fue en
Inglaterra donde se inauguró en 1830 la primera vía férrea Liverpool-Manchester
para el transporte de pasajeros y carga que funcionaba exclusivamente con
locomotoras de vapor.
A partir de ese momento en Inglaterra, Francia, Bélgica y
otros países europeos se produjo una acelerada construcción de líneas férreas
que contribuyó a su creciente desarrollo industrial. Este cambio tecnológico
llegó como casi siempre con retraso a España. Entre 1830 y 1848 se tendieron
unos 18.000 kms. de vía por toda Europa, en tanto que en la España peninsular
aún no se había visto circular un tren. En la entonces colonia Cuba (española)
sí se había construido en 1837, con ayuda de los norteamericanos, la vía férrea
La Habana-Güines.
Fue la promulgación del Real Decreto del 7 de agosto del año 1853
de la Ley General de Ferrocarriles la que favoreció la rápida construcción de
la red de largo recorrido en el decenio siguiente (4500 kms. de vías por toda
España). Madrid-Alicante fue la primera línea radial construida en el año 1858)
a la que se le uniría la de Valencia que fue la segunda gran ciudad de la
periferia que conectó con Madrid cuando en 1859 se terminó Játiva-Almansa. La
construcción de la línea del norte, Madrid-Irún, que no se inauguró hasta 1864
y esta permitió que, previamente, Valladolid estuviese conectada con
Madrid en 1860. La línea Madrid-Zaragoza se inauguró en 1863 y Barcelona enlazó
con Zaragoza en 1864. Sevilla y Málaga no tuvieron línea férrea con Madrid hasta
1866, cuando se terminó el tramo de Manzanares-Córdoba.
Con ocasión de la promulgación de ese Real Decreto, el
Ayuntamiento en pleno de Aguilar de la Frontera (Córdoba), acordó felicitar a
la reina Isabel II, por su acertada promulgación para el desarrollo de los
ferrocarriles en España.
“Señora: El ayuntamiento pleno de Aguilar de la Frontera,
provincia de Córdoba, ha acordado felicitar a V.M. por su real decreto de 7 de
agosto sobre ferro-carriles. En el centro de una de las provincias más fértiles
de Andalucía, vuestros súbditos de estas comarcas han fisto, señora, con un
placer inexplicable que V.M., en su alta sabiduría, ha resuelta esta
interesante y transcendental cuestión, primero, atendiendo al interés público;
y segundo, conciliando intereses particulares creados, siempre V.M. pronta y
firme para hacer la dicha de sus pueblos.
Esta corporación promete a V.M., con arreglo a lo previsto en el
artículo 9º del citado real decreto, ayudar a nuestro sabio gobierno para
que no sean ilusorias las altas miras de V.M.; y queda rogando a Dios nuestro
Señor conserve muchos años la interesante vida de V.M. para la prosperidad
general de sus pueblos.
Aguilar de
la Frontera a 30 de agosto de 1853.
Señora. A.L.R.P. de V.M. El alcalde, Bartolomé Calvo; el primer
teniente, José Atanasio; el segundo teniente, Manuel Jiménez; el tercer
teniente Agustín María Maldonado; el regidor Eugenio Lozano; el regidor Manuel
Gutiérrez; el regidor Francisco Hernández Abango; el regidor Andrés del Valle
Márquez; el regidor Manuel de Palma y Valle; el regidor Mariano Moreno; el
regidor José Morales; el regidor Francisco Romero Doblas; el regidor Antonio
Montero; el regidor Gabriel Maldonado y Luque; el regidor Manuel García del
Río; el regidor Francisco Pérez Polo; el regidor José Carretero, el síndico
José Rafael Aguilar Tablada; el secretario Mariano Racero.”
Solo ocho años más tarde en agosto del año 1865, se abriría al
público la línea férrea de Córdoba a Málaga, (un año antes de que quedase
inaugurada la de Málaga a Madrid) en la que se encontraba incluida la línea de
ferrocarril y la estación de Aguilar de la Frontera.
“… en la línea férrea desde Málaga a Córdoba, habremos de pasar
por las estaciones de Alora, Campos de Cartama y Pizarra, volar sobre el río Guadalhorce,
atravesar los 740 metros del túnel de Benibichar, el de la Pintada, Almona y el
de la Fuente, que es el más pequeño de solo 77 metros de longitud, terminando
en el del Chorro. Volver a volar sobre el río a Tajo, atravesado sierras
elevadísimas y nuevos túneles como el de Miguel, Rocas Llanas, Tajo de Gaitan,
Canuto, Turón, Galtan, Boyante y Valdeyeso. 14 túneles en total. La estación de
Boyantes y ya en la campiña la de Bobadilla, Fuente Piedra, La Roda y
Casariche. En el kilómetros 78 hay que atravesar el puente sobre el río Genil,
a más de 30 metros de altura para rodeado de huertas llegar a la localidad de
Puente Genil. Entre cálices de olivos llegamos a la estación de Aguilar de la
Frontera donde su derruido castillo eleva sus negros torreones sobre el cerro
que domina la magnífica estación. Montilla, Montemayor y pasando la estación de
Torres Cabrera, se puede divisar Córdoba.”
La línea férrea de Málaga a Córdoba, se consolido como una de las
líneas más perfectas de las existentes en España. Construida por la empresa
Vitali Picard y compañía y dirigida por los ingenieros Arriate y Dupuy, fue
realidad gracias al empeño e ilusión de muchas personas más, apoyadas por el
fervor y el entusiasmo desplegado por las poblaciones por las que discurrió.
Autor:Rafael Espino Navarro