La
violencia y la represión desatada por los protagonistas del golpe de estado del
18 de julio de 1936 en Aguilar de la Frontera, dejó en esta localidad en los
días sucesivos al alzamiento militar, un número cercano a las 150 personas
asesinadas en apenas noventa días en interior del cementerio municipal, en las
tapias de piedra de su parte sur y en distintos parajes alejados y ocultos de
posibles miradas acusadoras. Mas de ciento veinte viudas y casi quinientos
niños y niñas huérfanos.
Hoy,
después de 77 años, nadie podrá ya devolverles la vida a los que la perdieron,
vilmente asesinados. Ni los años de plena juventud a los que la pasaron en la
cárcel o en el exilio.
Nadie
…, nadie podrá ya nunca reparar el miedo ... el dolor ... el sufrimiento ... la
vejación y la humillación a la que fueron sometidas muchas personas por
defender la igualdad y la libertad en una etapa política sin precedentes en
este país.
Los
familiares llevamos muchos años pidiendo justicia ... desde el mismo día que
nos dejaron esperando a las puertas de la casa. Desde ese día nuestras abuelas
y nuestros padres entre gritos y dolor y sollozos, solo balbuceaban una palabra
… justicia.
Hoy
también nosotros, la tercera generación, levantamos la voz gritando esa misma
palabra. Hacer justicia, no nos corresponde a nosotros, ... aunque por
desgracia llevamos años buscándola en este país y no la hemos encontrado
todavía. Una justicia que repare y dignifique aún que sea tarde los perjuicios
causados a cientos, miles de personas, de esta localidad.
En la
búsqueda de esa justicia, jamás, he pretendido, no quiero ... dar lecciones de
historia, ni mucho menos imponer una determinada visión del pasado. Mi
principal objetivo solo es y ha sido homenajear a aquellas personas que fueron
víctimas por encima de todo, que todo el mundo las conozca...
Que
todos conozcan quienes fueron, todos y cada uno de ellos, lo que significaron
sus vidas en este pueblo, la historia personal que hay detrás de cada uno de
esos hombres y mujeres y contribuir al reconocimiento público que toda persona
merece, aún más cuando fueron víctimas de la injusticia y la barbarie, que
transformo esta población en pocos días en un enorme rompecabezas.
Que
todo el mundo conozca que un buen número de vecinos de este pueblo, fueron
cruelmente asesinados, sin merecer dicho destino y que sus familias fueron
sometidas a soportar el oprobio y la vergüenza publica de sus convecinos
durante decenios de años sin ser culpables de nada.
Conocer
la verdad y trasmitirla es sin ningún lugar a dudas, comenzar a hacer justicia
... sin miedo ya ... sin censuras, sin ocultamiento intencionado de la
realidad, para poder preservar del olvido colectivo el sufrimiento y el valor
de cientos de personas de este pueblo, que lo entregaron todo, recibiendo muy
poco a cambio para que todos comencemos de una vez por todas a caminar con la
cabeza bien alta, sin sentir ningún tipo de vergüenza, orgullos de ser quienes
somos.
Y por
supuesto esclarecer y dar a conocer públicamente las actividades represivas
desplegadas por las autoridades militares y civiles del nuevo régimen surgido
de la sublevación, durante y después de la contienda en Aguilar de la Frontera,
donde durante muchos días grupos armados patrullaron el pueblo sacando a las personas
de sus casas, deteniéndoles en los bares y en los campos, con cualquier
pretexto.
Obligados
a subir a camiones fueron llevados a lugares alejados del pueblo y
despojándoles de los objetos de valor y de la documentación, eran asesinados y
abandonados los cadáveres o arrojados en cunetas y fosas comunes en el interior
del cementerio.
En este
pueblo de poco más de 13.000 habitantes la represión a su paso dejo un reguero
de dolor y de muerte inimaginable a su paso. Adolescentes, mujeres o ancianos,
no respetaron, nada, ni a nadie.
Cientos
de personas huidas, exiliados de por vida, que solo regresaron muerto el
dictador, encarcelamientos, campos de concentración, suspensiones de puestos
públicos, depuración de funcionarios, incautación de bienes y más de ciento
cincuenta personas fusiladas y desparecidas - dejando secuelas vivas en cientos
de familias que desconocen aún a pesar de haber transcurrido ya 77 años, donde
se encuentran los restos de sus familiares.
Mucho
se ha hecho en los últimos años, ... pero mucho más, queda aún pendiente por
hacer. Pero para ello es necesario sin duda alguna la mediación de la voluntad
política, … una voluntad y compromiso real tan echados en falta en tantas y
tantas cuestiones relacionadas con la determinación sincera de restaurar la
verdad histórica de una vez por todas.
Pues es
tiempo ya de poder transitar pacíficamente por la historia contando y
demostrando la otra verdad ... esa verdad enterrada y sepultada junto a sus
frágiles cuerpos. Conocer y contar la verdad de los asesinatos arbitrarios, de
los fusilamientos sin sujeción a proceso alguno, de los desaparecidos, de las
desapariciones cometidas, ... sin tópicos, sin tapujos, sin mitificaciones ni
falsificación .
Autor. Rafael Espino Navarro