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UPOA 8 DE MARZO 2019

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4 de junio de 2013

[SI NO SE LO IMPEDIMOS] LAS FUTURAS PENSIONES SERÁN MÁS BAJAS, INEQUITATIVAS E INCIERTAS

La reforma de Rajoy, que entrará en vigor en 2014, planteará abiertamente la reducción nominal de las pensiones actuales y eliminará la revalorización automática vinculada al IPC, como se ha hecho hasta ahora.
El equipo de 12 expertos “independientes” designados por el Gobierno para revisar el sistema de pensiones, de los cuales sólo tres defienden abiertamente un modelo público, ya ha elaborado su dictamen, aunque en las últimas horas han trascendido discrepancias en el grupo que podrían llevar a algunos retoques.

La nueva reforma llega tras la última que impulsó el presidente Zapatero y que entró en vigor en enero pasado, con lo que no habrá tiempo de estudiar sus efectos. La reforma de Zapatero, que ya supone una sensible reducción del gasto en pensiones y que eleva la edad de jubilación hasta los 67 años, fue refrendada sin el voto favorable del hoy gobernante Partido Popular.
Como ya anticipó El Mono Político, todo apunta a que la reforma de Rajoy, que entrará en vigor en 2014, planteará abiertamente la reducción nominal de las pensiones actuales y eliminará la revalorización automática vinculada al IPC, como se ha hecho hasta ahora. Esto supone, de facto, que se rompa la tónica histórica y la tendencia del ciclo vital que permite a los perceptores tener certeza sobre sus rentas futuras y planificar así sus decisiones de consumo e inversión.
De aprobarse el dictamen de los expertos, se introducirá una alta dosis de inequidad en el cálculo de las pensiones futuras, al incorporarse un factor de sostenibilidad que utiliza variables sujetas a gran incertidumbre, como los ingresos y gastos futuros de la Seguridad Social y la esperanza de vida. No hay que olvidar que la esperanza de vida es muy distinta entre hombres y mujeres, y entre rentas altas y bajas. En EEUU, por ejemplo, diversos estudios demuestran que la esperanza de vida en las rentas más altas es diez años mayor que las rentas más bajas. Entre hombres y mujeres la diferencia también oscila entre cinco y siete años a favor de las mujeres. Como es bien sabido, la Comisión Europea prohibe la discriminación entre géneros. Por ello, habría que eliminar la variable esperanza de vida por la inequidad que genera.
Otro aspecto importante es que las decisiones políticas y discrecionales –como el régimen de cotizaciones a la Seguridad Social–, así como la evolución del ciclo económico, afectarán directamente a los pensionistas más vulnerables. Sorprende que entre el grupo de supuestos expertos nadie plantee elevar las bases de cotización como elemento básico para mejorar la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
Con todo, la fórmula elegida para la revalorización de las pensiones, que incorpora estas variables, es lo suficientemente compleja para la correcta comprensión por parte de los afectados. Se trata de una ironía más, ya que choca contra las recomendaciones de sencillez por parte de los expertos para que el nuevo esquema sea aceptado por los presentes y futuros pensionistas. Otra ironía es que este grupo también recomiende que ninguna pensión sea “insuficiente”, cuando, por la fórmula elegida, las pensiones iniciales futuras podrían caer entre un 6% y un 12%. Al parcer, los supuestos expertos comprten la afirmación del director de la fundación FEDEA, Michele Boldrin, de que los jubilados en España viven muy bien y tienen pensiones muy altas, por lo que habría mucho margen para recortarlas sin que dejen de ser “suficientes”.
En resumen, si los acontecimientos siguen su curso, los pensionistas presentes y futuros verán disminuida su pensión, perderán poder adquisitivo y se acrecentará la inequidad entre percentiles de renta y géneros. Como en el caso de la sanidad, se legislará en función de los intereses de las grandes aseguradoras y bancos. La incertidumbre marcará la senda de consumo de los pensionistas y sus descendientes, lo que perjudicará a toda la economía nacional.