El próximo martes, 25 de junio, la infamia tiene una nueva cita —una más—
con la Historia. El lugar elegido será los Juzgados de Instrucción de la Plaza
Castilla, en la ciudad de Madrid, y la hora, las diez de la mañana. Y es que
ese día, a esa hora y en ese lugar, el periodista Gerardo Rivas Rico tiene que
comparecer ante un juez como imputado por haber escrito en un artículo una
verdad incuestionable, empírica y científica, o sea, una verdad como la copa de
un pino: Que Falange Española Tradicionalista y de las JONS es una organización
con un amplio —que digo amplio, amplísimo— historial de crímenes contra la
humanidad a sus espaldas.
El día 22 de marzo de 2012, Gerardo Rivas, colaborador habitual de
elplural.com, publicó un artículo en dicho medio, titulado “El vicepresidente de Gobierno de
Madrid le pide el perejil a la hija de Franco”, en defensa del Juez
Garzón en el caso de los crímenes del franquismo, en el que simplemente se
dedicaba a constatar una verdad histórica: Que la organización fascista Falange
Española Tradicionalista y de las JONS es dueña de “un amplio historial de
crímenes contra la humanidad”.
Falange, que al parecer ignora no sólo la historia reciente de España, sino
la de su propia organización, interpuso una querella contra el periodista por "menoscabar
públicamente la fama y el honor de dicha organización", lo cual
sorprende bastante, pues hasta la muerte del dictador, ellos mismos se
encargaban de recordar a todo el mundo que habían ganado la guerra y habían
limpiado España de rojos.
Numerosos historiadores, memorialistas y otras personalidades públicas han
firmado un manifiesto de apoyo en contra de la imputación de Gerardo Rivas.
Entre los firmantes del manifiesto se encuentran algunas de los estudiosos más
importantes de ese periodo histórico, como las hispanistas Paul Preston e Ian
Gibson, ambos con una extensísima bibliografía a sus espaldas sobre el tema. En
dicho manifiesto se puede leer:
“Se ha demostrado científica y suficientemente, a través de numerosas
investigaciones rigurosas, la implicación de Falange Española de las JONS (a
partir de abril de 1937 Falange Española Tradicionalista y de las JONS) en la
represión desplegada en la zona controlada por el Ejército sublevado desde el
golpe de estado contra la democracia republicana hasta bien avanzada la
posguerra, ya consolidada la dictadura franquista. Son los propios documentos
oficiales (del Ejército, de la Guardia Civil, de la Policía y de la propia
Falange) los que dejan evidencia de esa implicación. Estas tareas
represivas de Falange afectaron durante años a miles de personas en todo el
país. Esta es, por tanto, una verdad científica cimentada en decenas de
investigaciones que no admite discusión.”
A la misma hora y en el mismo lugar en la que Gerardo estará declarando
ante el juez, se convoca a todas las personas que rechacen estas manipulaciones
históricas, para mostrar su repulsa ante el fascismo y su apoyo al periodista.
Para que no ganen también la guerra de la manipulación.
Lo peor de todo, como ocurre con todo este tipo de asuntos, es que haya un
juez dispuesto a dar pábulo a una denuncia, a todas luces ridícula y que no se
sostiene por ningún lado. Se ve que el juez no tiene otra cosa mejor a la que
dedicar su tiempo y el dinero de los contribuyentes. En fin, como diría Don
Quijote, cosas veredes, amigo Sancho. Y así es, cosas vemos cada día que nos
dejan patidifusos.
Rafael Calero Palma